Emprender no es fácil y si quieres establecer negocios en otros países, debes tener en cuenta que existen costumbres distintas para hacer negocios y un montón de diferencias culturales. De vez en cuando, estas diferencias resultan problemáticas, pero muchas veces será una oportunidad para complementar con tu toque latino aquello que pudiera faltar en la otra cultura. Sea como sea, debes tener siempre un plan fundamental, que funcionará en cualquier mercado, como sugiere Mike Michalowicz.

Hemos investigado las prácticas y costumbres de negocios de cinco países que resultan ideales para emprender: Japón, China, Alemania, Francia y el Reino Unido. Sigue leyendo para que estés mejor preparado y le saques todo el provecho a tu nueva aventura comercial.

Japón: entre la tradición y la innovación

Japón es una de las culturas más fascinantes del mundo, con un legado que ha impactado la forma fundamental de trabajar de grandes empresarios como, por ejemplo, Steve Jobs. Representa una forma de pensar y de hacer negocios radicalmente diferente a nuestras costumbres latinas, así que tu preparación debe incluir un buen chapuzón en lo que se refiere a las diferencias culturales y prácticas locales de hacer negocios.

  1. Idioma: es muy difícil aprender el idioma japonés y no siempre encontrarás un interlocutor que hable inglés o español. Además, los japoneses no necesariamente expresan lo que piensan, por lo que valora la conveniencia de hacer negocios en Japón con un intérprete. Sin embargo, tenemos los recursos para que lo aprendas.

  2. Jerarquía: desde tiempos inmemoriales, los japoneses funcionan con estructuras fuertemente jerárquicas. Esto lo notarás en todos los momentos de las conversaciones y negociaciones que tengas. Sé respetuoso de su jerarquía si quieres prosperar en tus negocios con ellos.

  3. Seriedad: los japoneses distinguen lo profesional de lo privado, de manera que en el campo de los negocios son lo más profesionales posible. Evita conversaciones o temas privados, como la familia o asuntos personales, evita las bromas y concéntrate con seriedad en los temas de la agenda.

  4. Puntualidad: un retraso puede marcar la diferencia entre una negociación exitosa y un acuerdo que se desbarate, pues en Japón importa mucho la puntualidad, que entienden como respeto a su propio tiempo. En este sentido, procrastinar no es bien visto, de acuerdo a las enseñanzas de los métodos ikigai y kaizen, que han sido llevadas al mundo de los negocios.

  5. Formas: desde la familia hasta la Casa Imperial, en Japón las formas importan mucho más que en nuestras culturas de origen latino. Antes de tener conversaciones o reuniones, investiga bien qué debes evitar y qué podrá serte útil.

China: el gigante de la industria y los negocios

China es el país más grande en términos demográficos y uno de los gigantes económicos. La cultura china, basada en las enseñanzas de Confucio, representa un gran reto para los emprendedores y empresarios latinos, por lo que las oportunidades de crecimiento están puestas en bandeja de plata. Quizá un buen punto de partida sea El arte de la guerra, de Sun Tzu, que trata sobre estrategia militar, pero existen innumerables adaptaciones al mundo de los negocios. Te recomendamos conocer la historia de Alibaba, la tienda en línea más grande del mundo y sumergirte en el aprendizaje del chino mandarín.

  1. Solidez: los chinos valoran la solidez de sus interlocutores, que evalúan en términos de solidaridad, lealtad y red de contactos. Sé modesto, pero, al mismo tiempo, demuéstrales que eres un socio o un proveedor confiable y sólido.

  2. Jerarquía: al igual que su vecino Japón, en China es fundamental entender y respetar la jerarquía. Esto puede representar un reto particular para las generaciones de emprendedores latinos más jóvenes, acostumbrados al espíritu abierto de las empresas norteamericanas o la cultura del start-up, así que prepárate bien.

  3. Largo plazo: China es una cultura milenaria, por lo que está tatuado en su mente hacer compromisos y tratos a largo plazo. Esto puede chocar a veces con la cultura latina, más afín al corto plazo, pero si logras enganchar con los chinos, te podrá redituar por el resto de tu vida. Vale la pena intentarlo.

  4. Ritmo: esa misma antigüedad se traduce también en el hecho de que los chinos prefieren considerar las cosas con calma, a lo largo de muchas reuniones, lo que a veces puede provocar impaciencia en sus contrapartes latinas. Sé paciente pero claro y mentalízate a que los tiempos pueden ser otros a los que estás acostumbrado.

  5. Otros contextos: los chinos no dividen tajantemente la vida profesional de la privada, pues para ellos estas son simplemente dos caras de la misma medalla. Por lo tanto, es usual que en el contexto de los negocios se presenten también invitaciones informales a sus casas o actividades de entretenimiento, lo que podría sorprender en un primer momento.

Alemania: la apuesta por las cosas bien hechas

El país más pujante de la Unión Europea es Alemania. Con 82 millones de habitantes, que gozan de un alto nivel de escolaridad, este país ha destacado por su innovación técnica y tecnológica. Aunque el idioma es difícil, se puede aprender con estos audiolibros sobre alemán en el trabajo. Sobra decir que la mayoría de los socios alemanes te facilitarán las cosas porque no es inusual que hablen español e inglés.

  1. Puntualidad: a veces los clichés encierran algo de verdad, y este es un buen ejemplo. Los alemanes son en verdad puntuales y le conceden gran importancia a este aspecto de la vida cotidiana. Cuida bien los tiempos porque los alemanes aman la eficiencia que viene dada por la puntualidad.

  2. Perfeccionismo: en Alemania, las personas están acostumbradas a hacer las cosas bien, a diferencia de lo que por lo general sucede en nuestras culturas latinas, donde el perfeccionismo es inusual y llega a tener una connotación negativa. Debes procurar que todos los aspectos de tu propuesta estén previstos en todos sus detalles. Así los sorprenderás y ganarás su confianza. Te interesará echarle una oreja a este audiolibro sobre Mercedes-Benz, una de las mejores empresas alemanas.

  3. Planeación: las cosas en el país germano tienden a ser más lentas que en nuestros países porque se le da una gran importancia a la planeación. Presta atención a esta fase de tus proyectos y asígnale tiempo. Cabe mencionar que los alemanes no son buenos para improvisar, así que tenlo en cuenta.

  4. Transparencia: en Alemania la gente es directa: un sí es un sí, y un no es un no. No se te ocurra decir una cosa diferente de la que piensas porque perderás la confianza de tu interlocutor. Por lo mismo, se le concede una gran importancia a la transparencia.

  5. Responsabilidad social: en Alemania hay un sinfín de fundaciones e iniciativas sociales porque se valora la responsabilidad social. Revisa qué proyectos tienen tus interlocutores germanos para que encuentres un punto de contacto durante las conversaciones: ¡es común que trabajen en países latinoamericanos!

Francia: una cultura de raíces latinas más cercanas

Francia es el segundo país en importancia económica y comercial dentro de la Unión Europea. Aquí encontrarás empresas de alcance mundial a la par de un sinnúmero de empresas locales y de start-ups. Tus raíces latinas son una ventaja cuando se trata de hacer negocios en Francia, pues compartes con ellos muchos rasgos de mentalidad, al grado de que una de sus marcas más distintivas, Balenciaga, es fruto de un español, Cristóbal Balenciaga, como bien muestra esta novela biográfica.

  1. Espíritu latino: de todos los países aquí enlistados, quizá sea Francia el más cercano en términos de mentalidad, pues en definitiva se trata también de un país con raíces latinas, aunque no sea hispanohablante. Pero dentro de Francia también hay diferencias: la gente del sur tiende a ser de tipo mediterráneo, mientras que los del norte más centroeuropeos. Investiga lo más que puedas a tus interlocutores franceses para que puedas estrechar lazos con ellos.

  2. Horizontalidad: recordarás por tus clases en el colegio que fue la Revolución francesa el fenómeno social que se opuso por primera vez a la monarquía. Desde entonces, los franceses prefieren estructuras más democráticas que jerárquicas. Aprovecha este fenómeno en tu favor, presentándoles propuestas horizontales.

  3. Imagen: no es casualidad que Francia sea el hogar de muchas de las grandes casas de moda, lo que significa que se le da gran importancia al aspecto físico. Elige bien tu ropa antes de tener una videollamada o una reunión en persona, pues se trata de un detalle que hablará mucho de ti y tu negocio.

  4. Idioma: los franceses están muy orgullosos de su cultura, que han forjado desde hace dos mil años en torno a su lengua. Hablar francés será siempre un punto a tu favor, y manejarte en inglés un punto negativo. Dada la cercanía lingüística con el español, no te resultará difícil aprenderlo, en caso de que no lo hables ya.

  5. Conversación viva: los franceses son grandes conversadores, algo que demuestran durante las negociaciones. Es normal que hagan muchas preguntas, que haya interrupciones, incluso que de pronto la conversación parezca viva. Que no te sorprenda. Prevé qué preguntas pudieran hacerte para que lleves preparadas las respuestas adecuadas.

Reino Unido: negocios en inglés

Desde el Brexit, todo está un poco incierto en el mercado británico. Sin embargo, esto no es un obstáculo serio, dada la solidez de la nación. Por su carácter de isla, siempre ha llevado su propio ritmo y establecido sus propias reglas, a despecho de lo que puedan pensar sus pares centroeuropeos o sus aliados norteamericanos. Trabajar con británicos es una experiencia que vale la pena.

Idioma: los británicos hablan inglés, el idioma extranjero que más latinos hablan, por la relación cercana que guardan nuestros países con los Estados Unidos. Así que aprovecha esta enorme ventaja, pues es muy probable que si estás leyendo esto sepas inglés. Tenemos audiolibros especializados para aprender inglés de negocios.

Eficiencia: los británicos dominaron buena parte del mundo durante el siglo XIX, una proeza organizacional y logística sin precedentes. Por lo tanto, tienen estas características imbuidas en su DNA. Asegúrate de que tu estrategia y planeación estén bien articuladas y tengan el sello de la eficiencia, como enseña el multimillonario inglés Richard Branson.

Comunicación: los británicos son abiertos y bromistas, amantes de romper el hielo antes de entablar una conversación de negocios seria, para conocer mejor a su interlocutor. Apuesta por la franqueza y la sinceridad, condiméntalas con una pizca de humor y tendrás la mitad de la negociación en tu bolsa. Busca que tu comunicación seria sea por escrito y en persona busca ser carismático.

Relajarse: a los británicos les gusta alternar entre lo formal y lo informal. No es raro que las sesiones de trabajo fuerte o las reuniones concluyan de manera relajada con una cerveza en su pub favorito. Aprovecha estas coyunturas para romper el hielo.

Competencia: como sucede en el resto del continente europeo, los británicos suelen estar bien preparados en universidades y escuelas de prestigio mundial o tener experiencia probada en empresas de renombre. Sin embargo, no te dejes impresionar por su currículum, sino que, por el contrario, trátalos de tú a tú y muéstrales de lo que eres capaz.


Así que ya sabes. Cuando se trata de hacer negocios con otras culturas, debes conocer las similitudes y diferencias para que tengas éxito en tus planes. ¡Prepárate y actúa!