Episodios

  • Dudas
    Jul 27 2024
    DUDAS Cuantas veces me pregunto ¿Qué es para mí la poesía? Y es que me ronda en el alma la misma pregunta siempre, ¿Será el olvido tal vez la lucha por la palabra o ese gran abracadabra que hace brotar sentimientos? O serán esos lamentos que revientan corazones, o que lamen los momentos a las puertas del dolor. Es a veces la poesía la balsa que nos libera, que nos pinta las quimeras de los colores que ansiamos. ¿Es el esclavo? ¿O el amo? ¿Es la puerta de la vida, o de la muerte es la llave?, la que vuela como un ave empujada por los vientos, la que rompe nuestros labios por no romper corazones. Es la poesía la clave de la existencia del alma, es la calma del espíritu, es la explosión infinita. Cuántas veces me pregunto ¿Qué es para mí la poesía? y oigo entonces carcajadas de las musas que manejan nuestra mano, el silencio de los duendes que se juegan a los dados a quienes darle el ingenio, a quien dar la facultad para llegar a las venas y tocar con la palabra las almas que ellos deciden. Y oigo entonces, con la piel el roce del arco iris, y los pasos de las nubes, y las lágrimas brotar de estrellas. Y oigo el jadeo del amor, y el susurro de las flores, y el arrastrar de cadenas de la parca, y los remos en el mar del firmamento, y el tictac del reloj que cuenta el tiempo, y el sonar de los clarines, y los gritos de socorro de los hombres. Cuanto honor ser quién dibuja sin saber, que a veces somos los culpables de lo bello, que somos los responsables, por darle a la humanidad la oportunidad de ver y sentir a través del corazón. Cuanto honor hacer que vean los ciegos y que los tullidos anden por el mar de la poesía. Cuanto honor saber, que nos ha tocado el dedo del hacedor, para hacer con la palabra tanto mal o tanto bien. Cuantas veces me pregunto, ¿Qué es para mí la poesía?, y no me se responder. Chema Muñoz©
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    4 m
  • Ya lejos y en sueños.
    Jul 20 2024
    YA LEJOS Y EN SUEÑOS Ando de puntillas desde hace tiempo por no despertar recuerdos de lluvia, aquellos donde era el gris en todo el silencio, cuando se enterraban temores, sonrisas por no desvelar verdades, memorias, por no compartir ni sombras ni angustias. Eran esos tiempos cuando se te forma la piel de serpiente, cuando entre la gente Jugabas a estar perdido de todos, huyendo los ojos, esquivando a ratos miradas-verdad. Se sentían entonces años venideros, Collares de cuentas como los rosarios rodeando gargantas, seco el paladar como si tragaras espigas del campo, sentado a la tarde, esperando algo sin saber si sol, cristales, alas de paloma, o solo una mirada dulce mazapán. Eran esos tiempos de volar en sueños, sueños de colores, probando comer pétalos de rosa, o esas flores blancas que nacían en racimos muy cerca de casa, sabor inocencia al que bautizaban los niños del barrio quesillos y pan. Tiempos de gusanos, que comían morera y te regalaban unas mariposas aterciopeladas blancas como nieve, que ponían mil huevos en cajas de cartón. Pero ya no llueve a gusto de todos y el tiempo se pasa rápido y las nieves te tiñen casi sin quererlo el trozo de niño que queda en tu pelo. Ando de puntillas desde hace ya tiempo y me rio a veces recordando el tiempo cuando amanecía entre los bostezos y voces ya amigas vendían sus cosas y yo las oía de lejos y en sueños. Chema Muñoz. ©
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    3 m
  • Y pasan los años
    Jul 19 2024
    Y PASAN LOS AÑOS . Ya sé todo aquello que he de saber, por ejemplo: comer con las manos, besarte la vida, saber que se olvidan aquellas miradas, usar la almohada para otras delicias, contar con los dedos todas las caricias, jugar al azar en noches de satén. . Se nota en tu piel una arruga más, esa arruga cambiada por una sonrisa, un sonido nuevo que te acompaña al doblar la esquina, cogerte las manos cuando tu intención no es acariciar, volverte a mirar si esquivas mis ojos, decirte un te quiero buscando el sonrojo de esa inocencia que viste tu boca. . Ver si te provoca la piel de gallina rozarte la dermis con pétalos de rosas, ver toda tu tristeza haciéndote sombra cuando me despido diciéndote adiós, citarnos los besos entre las penumbras allá en el gallinero del cine del barrio. . Ya sé casi de todo: que me duele verte como hacen dolerte los que no te aman, como sé te duele mirar la ventana en tu soledad, buscar la amistad vendiendo la tuya, recordar momentos dolientes de quienes te engendraron. . Y pasan los años como pasa el silente huraño que permite dar paso al otro que quizá vuelva a repetir aquella cantinela: la de los deseos que siempre anhelaste y nunca se cumplen. . Mas así vivimos deseando siempre bebernos la vida hasta nuestra muerte, muriendo a destiempo y tan diariamente que nos olvidamos a veces de aquella canción "A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida, a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte”. . Ya sé todo lo que he de saber, mas todo lo que he de saber es, ante todo, ¡aprender a vivir! . Chema Muñoz © .
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    3 m
  • Para vivirme despierto
    Jul 17 2024
    "PARA VIVIRME DESPIERTO" Se me viene a la memoria el altiplano, el desierto, las agallas de un despierto varias veces a la vida, la amenaza de amasijos que se encuentran en su piel, la atmosfera, la arquitectura de tantas veces morir. Se atesora en unos pocos el valor de las alfombras, la lucha por retomar de nuevo esos caminos emprendidos, azotados de dolor varias veces comenzados varias veces destruidos por el azar o por Dios. Hay quien tiene la sapiencia de luchar contra bacterias, de ser arbitro en sí mismo, aceptando esas ausencias de tiempo, de sus dolencias sin dramatizar siquiera fabulas, yugo, inocencias dinamitando alegrías en espera de que vuelvan después de saberse hundido. Él amanece sonriente, agresivo, indulgente porque el dolor es sapiente de con quien trata de blancas en el juego de la vida, alacranes que devoran el almíbar, las derivas impuestas por la natura con facultad de robar la sonrisa, el aire que da el amor al recuerdo en los inviernos a adefesios y a alcobas, reino del que es su dueño. Amanece ante la espera de que se le acorte el tiempo, que se muera este dolor, que se vaya a los infiernos, que vine de los andamios del altiplano y desiertos varias veces a la vida, para vivirme despierto. Chema Muñoz©
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    4 m
  • Vamonos nuevamente.
    Jul 16 2024
    Vamos a Sonreír como cada mañana con luz azul del alba naciendo a borbotones, llevar la claridad al borde del olvido y las olas se tensen como las nebulosas para que se deshilen como algodones dulces. . Vamos a cavilar por el bien más profundo y devolver desnudos los regalos remotos, que salgan paraísos y que entren raciones enteras de espumas con tu nombre. . Hagamos los injertos que el mundo necesita, que hiñe en el recuerdo la tierra sus placeres, que se cojan los bordes de los acantilados con esos alfileres en sus trajes de antaño. . Que flotes como un niño entre constelaciones y hagas boca arriba el cristo como un niño, para que siendo parte de esa gran sonrisa sonriamos unidos, sonriendo contigo. . Vámonos a dormir al centro en la diana donde la soledad parece más eterna, nos rodearan millones de seres en la ausencia recordando a lo lejos lo andariegos que fuimos. . Voltearemos en vuelo aquel pico tan alto Y hundiremos el alma a fondos abisales, donde se dan diamantes, rubíes, obsidianas y la vida parece mucho más transparente. Vámonos a dormir de nuevo en el espejo quizá al despertar, veamos nuevamente pastar los dinosaurios. Chema Muñoz©
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    2 m
  • Uno se cansa de tanta estupidez
    Jul 14 2024
    UNO SE CANSA DE TANTA ESTUPIDEZ Uno se cansa de ser puente, muro, frontera de estar como vigilando el equilibrio de los que son nube, de aquellos que evaporan intenciones, y esconden las palabras naderías ya cansadas de ese canto absurdo que siempre acaba en lágrimas. Uno se cansa siempre de ser cilicio de verdades, de arrancar la risa profana del cemento de las cabezas viejas de odio, nuevas de ingenio, vacías de arco iris. Uno se cansa casi siempre de estar pensando por los otros esos que solo se miran al espejo, y se ven solo ellos y no se ven completos ni mirando su ombligo. Uno se cansa de formar parte de esos tejados de estúpidos, con tejas huérfanas de viento, que andan en cuclillas, sin ganas de ser más que el cemento que pisan, que han olvidado su camino, que se han rendido al desdén. Yo no me canso de gritar a voz de loco, de enternecer cuantas veces la ocasión se me presenta, de vestir el bastón del que me apoyo cada vez que se me afrentan los cojines de la vagancia, la desidia, la arrogancia y miro a la misma altura a rascacielos que siempre son más pequeños que los dioses, mas horrendos que el invierno, más calientes de molleras que las lumbres, más vacíos que las almas de los hombres. Uno se cansa de ser alguna vez lección desde aquí abajo donde me hallo, dándole la mano a toda prisa por no querer tener más contacto que el preciso con la muerte, ya desnudo, ya olvidado, ya cansado de la falta de agonía y de la pesadilla de vivir de mis memorias. Chema Muñoz. ©
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    3 m
  • Yo nunca seré mayor
    Jul 11 2024
    NUNCA SERÉ MAYOR Las amenas tardes, empezaban a ser más interesantes cuando la luz del día dejaba paso a la nocturna de las farolas, volvíamos raudos a casa esperando estar todos los hermanos para reunirnos junto a la chimenea, al chisporrotear de leños por el fuego, acariciándonos la calidez que llenaba el salón de casa al adentrarse la noche. Acurrucados unos al costado de los otros, por el frio, por el miedo que esperábamos, por las historias que uno de los más mayores se disponía a contar hasta recibir la orden de papá, de irse para la cama. Esa noche sería una premonición, nos encantaba descifrar cosas de nuestros sueños y deseos cuando llegáramos a ser mayores. Las carcajadas al descubrir cada uno de esos deseos entre los hermanos eran de todos los volúmenes ante el constante grito de mamá desde la cocina, pidiéndonos silencio, pero las risas eran casi imposibles de silenciar. Había de todas las futuras profesiones en ese grupo de hermanos ocho en total entre chicos y chicas los que configurábamos esa familia en aquellos tiempos, a veces de alegría y de desastre casi siempre. Mari sería peluquera la toga y plancharse el pelo era su especialidad, Paco sería payaso, acabó peritaje industrial unos años más tarde, Diego era mellizo de Ana y su deseo el más pintoresco le encantaba limpiar los zapatos, tal es así que papá le hizo su propia caja de limpiabotas, después sorprendió su magnífica aptitud para el arte plástico siendo un escultor premiado a nivel nacional. Ana melliza de Diego, despuntaba por lo folclórico, recuerdo como tocaba el laúd, pocos años después, formaría parte de aquellos grupos de coros y danzas de la ya ancestral “Sección Femenina” que cada barrio tenía para su entretenimiento, sirviendo de escuela a los más pequeños y herencia de costumbres particulares de cada pueblo, yo quería ser torero, así que los Reyes Magos no tuvieron más remedio que surtir mis regalos de Navidad, uno de aquellos trajecillos brillantes, resbaladizos, de colores que en su momento ni un miura hubiera deseado tener en el albero de la gran plaza que me imaginaba. Al hacerle la pregunta a la más pequeña Pili, una niña a la que mi madre siempre decía, que parecía una vieja por comentarios adelantados a su edad, entonces tenía tres años, cosas de esas que no se nos ocurría a ninguno de nosotros que la superábamos en edad con diferencia. Su respuesta cayó como una losa ante la sorpresa, el ambiente cálido del salón y los “podéis bajar la voz “… de mi madre. Se pudo mascar el silencio cuando al ¿tú que quieres ser de mayor? Esa niña de tres años con la paz que da ser ese ángel viejo, como decía mi madre, espetó… “Yo nunca seré mayor” ¡Que verdad es esa que las abuela del lugar solían decir cuando una pequeña nos dejaba!, cuando la veíamos como dormida sobre su lecho infantil, rodeada de todas sus muñecas, de sus juguetes y esos dibujos entrañables que quedan a medio hacer sobre su mesita de noche, y decían aquello “era tan buena, que Dios la quiso para él”. Yo con mis diez años casi recién cumplidos, no entendía muy bien cuál era el motivo, ese de que Dios la quisiera para él, tan pequeña, tan bonita y lista, con tantos Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines guardianes del cielo, como ya dicen que tiene allá en lo alto a la derecha del padre como nos contaba el padre Vito en la catequesis. Ese fue el peor momento de mi niñez, tener conciencia de que un Dios pudiera dejarnos esa injusticia incomprensible, ese golpe seco, el mal sabor de boca enjugando las lágrimas que resbalaban por nuestras mejillas, sin entender el porqué. Aquel sueño me hizo ver que no había sido la pérdida del ángel más pequeño de nuestro grupo familiar de su futuro frustrado, a mi pequeño entender el paso definitivo a esa mariposa que veíamos en Peter Pan, una campanilla que volaba a un futuro mejor, creo que fue envidia lo que sentí después de escuchar lo que conto la mayor de los hermanos de su sueño al poco de la marcha de Pili, la más pequeña del clan familiar. El grito de sorpresa al verla subir sonriendo por una escalera a la vez que saludaba en ese gesto de cuando te vas de viaje a algún sitio deseado, como siendo ganadora de un premio que los demás no hubiéramos conseguido, acompañada por una luz como parte del attrezzo de un decorado celestial, casi entre brumas. Nunca tuve el deseo de saber dónde sembraron sus restos, siempre esperé que de ellos creciera una flor blanca, luminosa, radiante y sabia, tal como fue su corto paso por la futura e incierta existencia, la del resto de todos nosotros. El amanecer volvió a ser uno más, como si nada hubiera pasado, un seco silencio en la casa, nos mirábamos como extasiados, fuera de nosotros, nadie quería ni abrir la boca, ni preguntar cómo se sentían los demás, llevábamos esa sensación entre tristeza y alegría, como herencia de la paz que aquella sonrisa ...
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    20 m