La desaparición de Jesús Muñoz Armenteros en 2016 todavía mantiene en vilo a sus familiares. Para no entorpecer la investigación hemos omitido algunos detalles y hemos cambiado varios nombres de esta historia. En cuanto al relato de los hechos, hay elementos de apariencia irrelevante pero que tendrán su importancia. El primero es una nota manuscrita pegada en una puerta y el segundo las obras de reforma en un piso.

El caso de Cristina Bergua marcó un antes y un después en la investigación de personas desaparecidas. Han pasado 27 años y sus padres todavía la siguen buscando. En su momento tuvo una enorme repercusión, aunque fue complicado encontrar pistas porque en el año 97 no había móviles ni cámaras de seguridad que permitieran seguir un rastro. Familiares y policía han sospechado siempre del mismo hombre pero nadie ha podido encontrar pruebas contra él.

Las primeras horas después de una desaparición son determinantes para poderla investigar y es clave el momento en que se interpone la denuncia. A Óscar González Barco, desaparecido en Santa Coloma de Gramenet en 2018, todavía no lo han encontrado. En el rompezabezas de esta historia se cruzan la delincuencia, el consumo de cocaína y el diagnóstico de una enfermedad mental.