Muchas veces no nos damos cuenta de que cargamos la carencia maternal hasta que somos adultos y tenemos que lidiar con nuestros hijos, sobrinos o tenemos que convivir con los pequeños en nuestra vida diaria.

Algunos no lo notan por que ellos estuvieron acostumbrados a vivir con esa carencia y no recibieron el amor, cariño o atención de sus madres en su momento por lo tanto nos convertimos en un reflejo de estas.

En este capítulo quiero que seas más consciente contigo o con las personas que te rodean e identifiques estos rasgos en los demás y puedas ser más empático en estás situaciones y puedas mejorarlo poco a poco.

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En está época actual no nos damos cuenta del gran sacrificio y esfuerzo que hacen los hombres por superarse, por ser mejores cada día, por siempre querer sobresalir en su ámbito profesional y todo es por qué están mal acostumbrados a nunca recibir un elogio, una felicitación por su esfuerzo, a nunca expresar lo que sienten.

En este capítulo quiero que los escuches con mucha atención y puedas acercarte a aquellas personas que conozcas que se esfuerzan tanto y le digas lo que piensas de todos corazón.

No olvides compartir este capítulo a aquella persona que lo necesita.