• El valor de la amistad

  • Jul 25 2024
  • Duración: 3 m
  • Podcast

  • Resumen

  • Un día, cuando ingresé en preparatoria, vi a un chico de mi clase caminando hacia su casa desde la escuela; su nombre era Kyle y estaba cargando con todos sus libros. «¿Por qué alguien trae todos sus libros a casa en viernes? ¿Debe ser un burro!», pensé. Mientras caminaba, vi a un grupo de chicos corriendo hacia Kyle. Le tiraron los libros que traía cargando y lo empujaron para que cayera al suelo. Sus gafas salieron volando y vi cómo cayeron en el césped, a unos tres metros de él. Miró hacia arriba y observé una terrible tristeza en sus ojos. Corrí hacia él y mientras se arrastraba hacia sus gafas, vi lágrimas en sus ojos. —Esos tipos son unos idiotas. Deberían entretenerse de otra forma. Le dije al quedarnos solos. Me miró, y dijo: —Oye, ¿gracias! Había una enorme sonrisa en su cara. Era una de esas sonrisas que mostraba auténtica gratitud. Le ayudé a recoger sus libros y le pregunté dónde vivía. Resultó que vivía cerca de mi casa, así que le pregunté por qué nunca lo había visto en el vecindario. Dijo que había ido a una escuela privada anteriormente. Resultó ser un chico muy agradable. Lo invité a jugar al fútbol conmigo y con mis amigos el sábado en la mañana, y aceptó. Pasamos juntos el fin de semana y mientras más lo conocía, más me agradaba. Llegó la mañana del lunes y allí estaba Kyle de nuevo, con su enorme montón de libros. Lo detuve y le dije que si continuaba así, iba a conseguir muy buenos músculos. Él, simplemente, se rio y me pasó la mitad de los libros. Durante los siguientes cuatro años, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos. Llegó la Universidad y nuestros caminos se separaron pero Yo sabía que siempre seríamos amigos y que la distancia nunca sería un problema. Él decidió convertirse en doctor, y fue de los primeros seleccionados por las universidades Un día se estaba preparando para el discurso de graduación. El estaba nervioso. Así que le di una palmadita en la espalda, y le dije: —Oye, amigo, estarás genial. Me miró con una de esas miradas (de agradecimiento), sonrió y dijo: —¿Gracias! Mientras empezaba su discurso, aclaró su garganta, y empezó... —El período de graduación es el de agradecer a aquellos que nos ayudaron a lograrlo; nuestros padres, nuestros maestros, nuestros hermanos, tal vez un entrenador... Pero más que nada, a los amigos. Estoy aquí para decirles que ser un amigo es el mejor regalo que le puedes dar a una persona. Les voy a contar una historia —prosiguió. . . (Yo, yo miraba incrédulamente a mi amigo mientras contaba la historia del primer día en que nos conocimos.) . . —Había planeado suicidarme ese fin de semana —dijo. Nos contó acerca de cómo había vaciado su taquilla para que su mamá no tuviera que hacerlo después, y estaba llevando sus cosas a casa. Me miró profundamente y me regaló una sonrisa. —Mi amigo me salvó de hacer una locura. Oí una exclamación de la multitud. Yo vi a sus padres mirándome y sonriendo agradecidamente. Nunca subestimes el poder de tus acciones. Con un pequeño gesto puedes cambiar la vida de una persona Recuerda «Los amigos son ángeles que nos ponen en pie cuando nuestras alas tienen problemas de recordar cómo volar.» Maravilloso cuento del libro cuentos con alma Se Inquebrantable, invencible, Pásatelo siempre pirata. Nos vemos en los bares. Chao familia
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