Episodios

  • LAS PALABRAS SABIAS Y OPORTUNAS
    Jul 30 2024
    LAS PALABRAS SABIAS Y OPORTUNAS La lluvia es uno de los recursos más añorados en las regiones desérticas y áridas donde escasean las fuentes de agua dulce como: lagos, lagunas, ríos, riachuelos y vertientes de agua. Las personas, plantas y animales que viven en estas regiones, anhelan que desciendan del cielo, gotas de lluvia refrescantes que sacien su sed. Sin estas gotas de lluvia, la vida de los habitantes en estas regiones corren peligro, porque el cuerpo humano, así como de las plantas y animales necesitan de agua para poder vivir, y sin ella, irremediablemente mueren por deshidratación. Tal como las personas que viven en las regiones áridas anhelan la lluvia, las personas que viven en constantes tribulaciones anhelan las palabras de gente que vive en rectitud bajo la justicia de Dios. Job había sido una de aquellas personas que había vivido bajo la voluntad de Dios, y por eso, sus vecinos anhelaban escuchar sus sabias palabras: “Anhelaban mis palabras como la gente anhela la lluvia; las bebían como a la lluvia refrescante de primavera.” Job 29:23 NTV. Las palabras de las personas rectas y justas que viven en completa obediencia y en el temor de Dios, son anheladas, ya que sus palabras sabias y oportunas son como la lluvia temprana en las regiones áridas donde el agua es escaza. Las palabras sabias y oportunas, son un bálsamo que calma la angustia y el dolor de los afligidos por las adversidades de este mundo. Job era uno de los hombres que hablaba sabiamente, y sus consejos eran oportunos, por eso sus compatriotas acudían a él y los escuchaban atentamente, porque sus palabras eran como gotas de lluvia temprana que calmaban la sed de su desesperanza. Además, sus sabias palabras y oportunas les daba consuelo, aliento y fortaleza, para que mantengan su fe y confianza en el único Dios verdadero, pese a las situaciones adversas que estaban atravesando. Nuestras palabras deben ser sabias y oportunas, palabras que las personas anhelen escuchar. Nuestras palabras deben ser esa lluvia refrescante en tiempos de aflicciones, tristeza y dolor. Palabras que alienten a levantarse de sus errores, tropiezos, caídas, pruebas y aflicciones. Palabras que alienten a seguir adelante con sus vidas, confiando en el cuidado, la protección, provisión y la bendición de Dios. Para que nuestras palabras sean esas gotas de lluvia refrescante para el cansado y sediento, deben estar bajo la dirección de Dios, por eso antes de dar un consejo, primero debemos orar a Dios, y pedirle que Él nos dirija y ponga sus palabras en nuestros labios, para así poder transmitirlas a las personas que necesitan de estas palabras sabias y oportunas. Solo bajo la dirección de Dios, nuestras palabras serán la gota de lluvia refrescante que calme la sed espiritual de los afligidos.
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  • HEMOS LLEGADO A DIOS
    Jul 29 2024

    HEMOS LLEGADO A DIOS.
    En nuestro peregrinaje por este mundo, siempre estamos caminando de un lugar a otro. En ocasiones cuando perdemos nuestra cordura, caminamos sin una meta, en círculo y sin un rumbo fijo. De la misma manera que caminas sin rumbo fijo en la vida física, también lo hacemos en la vida espiritual. Por eso caminamos de religión en religión, de iglesia en iglesia, buscando la respuesta a nuestras inquietudes acerca de la existencia de Dios y sus propósitos para nuestra vida. Dios al ver nuestra realidad, cierto día dirigió nuestros pasos para que lleguemos a un lugar inimaginable, a un lugar donde nuestras cargas y aflicciones fueron quitadas. Dios nos dirigió a un lugar donde encontramos la salvación y vida eterna para nuestras almas. El escritor de la carta a los Hebreos nos afirma que hemos llegado a la presencia de Dios: “Ustedes han llegado a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a Dios mismo, quien es el juez sobre todas las cosas. Ustedes han llegado a los espíritus de los justos, que están en el cielo y que ya han sido perfeccionados”. Hebreos 12:23 NTV.
    Gracias a la orientación del único Dios verdadero, muchos de nosotros que caminábamos sin rumbo y dirección, hemos encontrado las respuestas a nuestras preguntas y el propósito de Dios para nuestras vidas, por eso ya no andamos sin una meta y sin un rumbo fijo. Por su amor y misericordia, nuestro amoroso Padre eterno, nos dirigió a la congregación de sus primogénitos, nos hizo herederos de su salvación, y con todo lo que ella ofrece. Dios ha inscrito nuestros nombres en el registro de su familia celestial. Nuestros nombres están inscritos en el libro de la vida y ya no seremos condenados a una eternidad de sufrimiento tal como las personas que rechazan el sacrificio realizado por Cristo, ni tampoco aceptan la dirección de Dios Padre.
    Absolutamente todos los cristianos portamos documentos de ciudadanía para el cielo escritos con la indeleble tinta de la gracia de Dios, y cada creyente sobre la faz de la tierra tenemos una morada reservada en la casa de nuestro Padre Celestial. Nuestro Padre eterno: es el Juez de todos, y en el final de los tiempos juzgará a todos los hombres, cuyos nombres no se hallen registrados en el libro de la vida. Nosotros ya no seremos juzgados, porque hemos llegado a los espíritus de los justos hechos perfectos. Nosotros somos justificados de todo pecado, por la fe en Cristo. Estamos sin mancha, puros en presencia de Dios, debido a que el valor de la obra sacrificial de Cristo Jesús ha sido imputado a cuenta de nuestros pecados. Ya hemos llegado a la presencia de Dios, no nos apartemos de ella, mantengámonos firmes hasta que nuestro Padre Celestial nos llame a su presencia.

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  • CUMPLAMOS NUESTRAS PROMESAS
    Jul 25 2024

    CUMPLAMOS NUESTRAS PROMESAS
    A lo largo de su vida, los hombres van realizando promesas, pero muchas de estas son hechas sin las intenciones de cumplirlas, son hechas, solo para quedar bien con los que se encuentran a su alrededor. Por lo general las personas creen que el incumplimiento de sus promesas, no tendrán repercusiones para su vida, pero todos los que piensan de esta manera, están en un gran error, ya que el incumplirlas es una falta grave, un pecado delante del único Dios verdadero. Esta verdad acerca de las promesas incumplidas, la dio a conocer Moisés a las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés cuando hicieron una promesa de ayudar a sus compatriotas a conquistar la tierra prometida: "Pero cumplan su promesa, porque si no lo hacen, cometerán un gran pecado contra Dios, y él los castigará." Números 32:23 TLA.
    Dios en Su eterna omnisciencia ha establecido ciertos principios inalterables en nuestro mundo y ningún hombre puede escapar de estos principios. Uno de ellos es que no se puede pecar sin ser castigado. El incumplir una promesa hecha, por más insignificante que esta parezca, es un pecado grave delante de Dios. Por eso toda persona que incumpla su promesa, recibirá una severa reprimenda de parte de Dios a su debido tiempo. Las personas inconversas al igual que algunos creyentes, no toman en serio esta verdad Divina, o esta advertencia hecha por Moisés, por eso, pese a saber que no han cumplido con alguna de sus promesas hechas en el pasado, viven tranquilas, sin el temor de ser reprendidos en algún momento por el único Dios verdadero, por faltar a su palabra. Dios al no enviar inmediatamente una disciplina sobre las personas que faltan a su palabra, no significa que a pasado por alto este pecado, sino que es paciente, pero a su debido tiempo, enviará esa reprimenda por faltar a su palabra.
    No solo las promesas incumplidas a Dios se vuelven pecado, sino también cada una de las promesas incumplidas a los hombres, por eso toda persona que no quiera recibir una severa reprimenda de parte del Señor, tiene que cumplir juiciosamente con sus promesas hechas a los hombres y especialmente las promesas hechas a Dios. Porque Dios no se complace con los hombres que prometen y no cumplen. Antes de hacer una promesa a Dios o a los hombres, debemos tomarnos el tiempo necesario para analizar la situación antes de comprometernos con algo. Pues una vez que hagamos una promesa, nos quedaremos atados a ella y a su cumplimiento. Si tenemos alguna promesa que todavía no hayamos cumplido, no esperemos más tiempo, tratemos lo más rápido en cumplirla, pues si seguimos esperando más tiempo, puede ser demasiado tarde, y Dios en su justicia nos discipline por faltar a nuestras palabras.

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  • CONDICIONANTE PARA ENTRAR AL CIELO
    Jul 23 2024

    CONDICIONANTE PARA ENTRAR AL CIELO
    La entrada al reino de los cielos está disponible para toda la humanidad, pero no toda la humanidad podrá entrar en ella, ya que existen algunas condicionantes para que las personas puedan entrar y morar eternamente junto a Dios Padre. Algunas de estas , nos da a conocer el salmista: “Sólo quien hace lo bueno y practica la justicia; sólo quien piensa en la verdad y habla con la verdad; sólo quien no habla mal de nadie ni busca el mal de nadie ni ofende a nadie; sólo quien desprecia al que merece desprecio, pero respeta a quien honra a Dios; sólo quien cumple lo que promete aunque salga perdiendo;” Salmos 15:2-4 TLA.
    Considerando solo este pasaje de las Sagradas Escrituras podremos concluir que la entrada al reino de los cielos está de alguna manera relacionada con el carácter justo o los hechos nobles del hombre. Pero considerando este pasaje con el resto de la Escritura, podemos llegar a una conclusión real de lo que trata de darnos a entender el salmista en este pasaje, ya que la entrada al reino de los cielos no es por algún mérito que los hombres puedan realizar, sino solamente por la gracia de Dios que fue manifestada por el sacrificio de Su amado Hijo Cristo Jesús. El hombre por más que trate, jamás podrá cumplir con todas las condicionantes de este pasaje para poder entrar al reino de los cielos, ya que solo el incumplimiento de una de estas condicionantes, lo descalifica para ser declarado justo en la presencia de Dios Padre.
    Para entrar al reino de los cielos es necesario cumplir con las condicionantes que cita el salmista, pero antes que nada, el hombre debe alcanzar la justificación de sus pecados, y esta justificación es el resultado de su fe en la obra redentora de Jesucristo. Solo la fe genuina en el Hijo de Dios produce como resultado la clase de buenas obras que el salmista describe en este pasaje. Por eso toda persona que anhele alcanzar el reino de los cielos deberá nacer de nuevo. Sin el nuevo nacimiento, jamás podrá entrar en el reino de los cielos, pese a que en su vida haya tratado de ser totalmente justo y haya cumplido rigurosamente con estas condiciones. La vida ejemplar e intachable que lleve el hombre en este mundo, no le hace merecedor de entrar a la morada celestial, ya que para poder entrar en ella, es indispensable que haya aceptado a Jesucristo en su corazón como su único Señor y Salvador. Esta declaración de fe en Jesucristo, le hace merecedor de entrar al reino de los cielos y morar eternamente. Si la declaración de fe en el Hijo de Dios fue genuina, se reflejará en la vida del redimido ya que tratará de llevar una vida de santidad, cumpliendo con cada una de las cualidades descritas por el salmista.

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  • EN LAS MANOS DEL SEÑOR
    Jul 22 2024

    EN LAS MANOS DEL SEÑOR
    Todas las actividades que hacemos a lo largo de nuestra existencia en este mundo, son dirigidas por nuestro amoroso Padre Celestial. Con su amor inagotable, cada día nos da la fuerza y la destreza necesaria para poder realizar nuestras actividades cotidianas como estudiar o trabajar, pero pese a saber eso, en muchas ocasiones no nos detenemos a poner en las manos de Dios el trabajo que vamos a emprender. Pero en el momento que nos empieza a ir mal en nuestros estudios o trabajos, nos acordamos de Dios y le pedimos que nos ayude a encaminar nuestras actividades. En contraste a lo que comúnmente hacemos la mayoría de los seguidores de Cristo, el Salmista, antes de nada, ponía todo en las manos del Señor, tal como lo podemos comprobar en el siguiente Salmo: “Y que el Señor nuestro Dios nos dé su aprobación y haga que nuestros esfuerzos prosperen; sí, ¡haz que nuestros esfuerzos prosperen!” Salmos 90:17. NTV.
    Cada mañana antes de empezar con nuestras actividades cotidianas, debemos tener un espacio de comunión con nuestro amoroso Padre eterno por medio de la oración. Es indispensable que pongamos nuestro día en sus manos. Debemos orar fervientemente a Dios para que todo lo que vayamos a hacer a lo largo del día esté bajo su aprobación y dirección. Que Él mismo nos de la fuerza, la destreza y la sabiduría necesaria para poder realizar todas esas actividades exitosamente. No solo nuestro trabajo ministerial debe estar en sus manos, sino absolutamente todo lo que hacemos, no importa si la actividad que vayamos a realizar sea pequeña o insignificante, pues solo Dios nos da la fuerza y la sabiduría necesaria para realizar ese trabajo o estudio aparentemente pequeño. Dependemos de la ayuda de Dios para absolutamente todo, y sin su ayuda, nunca podremos tener éxito en lo que hacemos, sino que fracasaremos.
    Todas las actividades que hacemos en este mundo son importantes, pero mucho más es el trabajo de proclamar las Buenas Noticias de salvación al mundo perdido y pecador, porque solo este trabajo puede producir frutos que duren toda la eternidad. Por eso antes de salir a llevar a cabo esta obra que el Señor nos delegó antes de partir a la presencia de su amoroso Padre Celestial, debemos orar fervientemente y poner en las manos del Señor la obra que vamos a realizar, para que Él nos dirija, nos de la sabiduría y la facilidad de palabras para llegar con el evangelio al corazón de los hombres inconversos, y así ellos puedan dar su paso de fe y aceptar el evangelio que da salvación y vida eterna. Si ponemos nuestras actividades seculares o ministeriales en las manos del Señor, podemos tener la certeza de que nuestras acciones serán prosperadas y tendremos éxito en todo lo que hagamos.

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  • CONFIAR SOLO EN DIOS
    Jul 18 2024

    CONFIAR SOLO EN DIOS
    El creyente al encontrarse rodeado por delincuentes o personas malvadas, en lo más profundo de su ser siente que no escapará ileso de esa situación, sino que saldrá lastimado o herido de muerte. Esta sensación de sentirse sin escapatoria, con frecuencia los seguidores de Cristo también lo sienten, cuando se encuentran abrumados por las deudas, los problemas o las enfermedades. Esta sensación ante las adversidades, generalmente se da cuando los hombres dejan de confiar en Dios y confían en sus propias fuerzas para salir de esas situaciones. En medio de la adversidad, los creyentes no deben poner sus esperanzas en sus propias fuerzas, sino en Dios, tal como lo hizo el apóstol Pablo: “De hecho, esperábamos morir. Pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar sólo en Dios, quien resucita a los muertos.” 2 Corintios 1:9 NTV.
    En cierta ocasión, el apóstol Pablo durante su ministerio se vio muy cerca de la muerte, específicamente en la provincia de Asia. Pero esa situación adversa, le ayudó para que dejara de confiar en sus propias fuerzas y confiara plenamente en el poder de Dios para liberarlo de esa situación de muerte. La mayoría de personas usadas por el eterno Creador para que llevaran Su mensaje a la humanidad pecadora, han tenido que pasar por una experiencia similar en un momento u otro de sus vidas. Las biografías de los grandes siervos de Dios dan cuenta de liberaciones maravillosas de enfermedades, accidentes, prisiones, o de ataques personales. A todos estos siervos valerosos, todas estas situaciones adversas, no les derrotaron, ni les impidieron para que sigan adelante con la misión que el Señor les delegó. Ellos venciendo todos los obstáculos con la ayuda de Dios, llegaron hasta el final de su ministerio, honrando y glorificando a su amoroso Padre Celestial.
    En nuestro servicio de proclamar las Buenas Noticias de salvación y vida eterna a los hombres inconversos, posiblemente no nos hayamos encontrado en situaciones de peligros similares a la de los profetas, apóstoles, o de los creyentes de la iglesia primitiva. Pero sí con situaciones propias de nuestro tiempo que nos dificulta llevar adelante el mensaje de la Cruz. Estas situaciones adversas pueden ser las enfermedades, escasez de recursos económicos, problemas familiares, etc. Muchas veces cuando se presentan estos acontecimientos en nuestras vidas nos sentimos sin escapatoria, y lo primero que hacemos es abandonar nuestro servicio a Dios. Pero esto no debe ser así, por eso cuando nos encontremos abrumados por las adversidades, es cuando más debemos dedicar nuestro tiempo para servir al Señor, confiando que nuestro Señor en su fidelidad con Su infinito poder, pronto nos liberará de todas nuestras adversidades.

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  • TUS HIJOS VOLVERÁN A TI
    Jul 15 2024

    TUS HIJOS VOLVERÁN A TI
    La rebeldía y desobediencia de los hijos, ocasionan un profundo dolor y angustia a los padres. Debido a este inadecuado comportamiento , en la actualidad, miles de padres cristianos alrededor del mundo, tienen el corazón partido y destrozado. Con este profundo dolor, claman de todo corazón al único Dios verdadero, para que restaure la vida de sus hijos, y los haga volver al camino de la obediencia a la autoridad de los padres. Pero cuando claman al Señor, no reciben la respuesta inmediata. En esos momentos de desesperación para los padres, los cielos parecen de hierro, y es entonces cuando comienzan a preguntarse: ¿Si Dios en algún momento restaurará la vida de su hijo que ha caído en las tinieblas del pecado? Ante esta pregunta frecuente de los padres atribulados, el Señor les da esta respuesta por medio del profeta Jeremías: “Pero ahora esto dice el SEÑOR: No llores más, porque te recompensaré dice el SEÑOR. Tus hijos volverán a ti desde la tierra lejana del enemigo.” Jeremías 31:16 NTV.
    Debido a su constante desobediencia y rebeldía, el pueblo hebreo fue severamente castigado por el Señor. En ese día, Jerusalén fue destruida por completo, solo quedó polvo y ceniza de la ciudad que en algún momento fue una de las ciudades principales, poderosas y temidas del mundo antiguo. Los que sobrevivieron a este juicio divino, fueron dispersados a diferentes naciones cercanas y lejanas a Jerusalén. Algunos judíos fueron llevados cautivos a las ciudades y aldeas del poderoso imperio babilonio. Los pocos que quedaron en la destruida ciudad de Jerusalén, lloraban amargamente por la destrucción de su ciudad, y por todos sus compatriotas que fueron dispersados. Ante el profundo llanto y clamor de su pueblo escogido, el eterno Creador tuvo misericordia, y les prometió que haría volver a los cautivos de todos los rincones de la tierra, para que reconstruyan la ciudad y la repoblasen nuevamente. Con esta promesa, Dios les afirmó que perdonaría la rebelión de su pueblo, y restauraría la relación que fue rota debido a sus constantes rebeliones.
    Tal como el Señor restauró la rebelión del pueblo hebreo en el pasado, en el presente, Dios también puede restaurar la vida de los hijos que desobedecen a sus padres, porque para el único Dios verdadero, ningún caso de rebeldía o desobediencia es demasiado difícil. Ningún hijo rebelde puede resistir a la restauración que puede ejercer el Señor en su vida y en su corazón. El Señor con cuerdas de amor, atrae a los rebeldes a su comunión, para de esta manera, restaurar las relaciones que fueron rotas a causa de sus rebeliones y pecados. Mientras este día llegue, los padres que tienen hijos desobedientes y rebeldes, deben persistir en oración, teniendo la plena certeza de que en algún momento, el Señor contestará sus oraciones, y volverán a ver a sus hijos en el camino de la obediencia, la verdad y la rectitud. En ese día maravilloso, el llanto de los padres, será cambiado por alegría y regocijo.

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  • FUENTE DE AGUA VIVA
    Jul 12 2024

    FUENTE DE AGUA VIVA
    En lugares donde no existe abundancia de agua fresca para saciar la sed, es un mal negocio cambiar una fuente de agua dulce por cisternas, y especialmente por cisternas rotas. Una fuente es un manantial de agua fresca, pura y refrescante que sale a borbotones desde el interior de la tierra. En contraste, una cisterna es un depósito artificial cavada por el hombre para almacenar agua. Estos pozos, no sólo no pueden proveer de agua fresca de manera perenne, como las fuentes, sino que ni siquiera retienen la que a raíz de un aguacero penetra en ellas; pues estando roto su revestimiento interior de piedras, la tierra absorbe la que ocasionalmente penetra en ellas. Dios había sido la fuente de agua viva para el pueblo hebreo, pero ellos lo rechazaron y construyeron sus propias cisternas tal como nos da a conocer el profeta Jeremías: “Mi pueblo ha cometido un doble pecado: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se hicieron sus propias cisternas, pozos rotos que no conservan el agua.” Jeremías 2:13 DHH.
    Desde el momento que Dios rescató al pueblo judío de la esclavitud en Egipto, fue la fuente de agua viva que calmaba la sed de todo su pueblo, pero el pueblo no lo vio de esta manera, por eso en vez de aferrarse a Dios y sus promesas, se apartaba de Él y buscaba otra fuente de agua, pero como no la encontraron , cavaron sus propias cisternas, construyendo ídolos para rendirles adoración como si fuesen verdaderos dioses con poderes divinos. Pero los ídolos que escogieron para que sea su fuente de agua viva que calmara su sed, eran como las cisternas rotas que no servían para nada. El pueblo construyó sistemas religiosos para almacenar la verdad, pero no tenían valor alguno porque eran cisternas rotas por donde se filtraba toda la verdad y quedaba totalmente vacía.
    El Señor es una Fuente de agua viva que calma por completo la sed del sediento que busca a Dios de todo corazón y el cumplimiento de sus promesas para su vida. Por eso toda persona que se acerque confiadamente a esta fuente de agua viva y la tome, puede encontrar satisfacción perdurable en Él. El mundo es una cisterna; una cisterna rota. Ofrece la esperanza de placer y felicidad, pero aquellos que buscan satisfacción en él, son defraudados inevitablemente, debido a que en los placeres de la carne, nunca encuentran la satisfacción verdadera. Todos los que ya nos hemos acercado a la fuente de agua viva que es Jesucristo y probado de ella, no la debemos abandonar por buscar otra nueva fuente de agua viva, o cavar nuestros propios pozos que puedan calmar nuestra sed espiritual, porque jamás encontraremos una fuente como nuestro amado Señor y Salvador, ya que solo Él puede calmar la sed espiritual que podamos tener.

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