Mira la versión en video aquí: https://youtu.be/IFZm2HGaYss

**Transcripción:**

¿Alguna vez has tenido un día difícil?

El 20 de octubre de 2013 fue un día difícil para una mujer llamada Antoinette Tuff, nativa de Decatur, Georgia. Resulta que su apellido era bastante acertado, o al menos el apellido. Antes de hablar del 20 de octubre, necesito contarte sobre todos los días que llevaron a ese. El 20 de octubre de 2013 iba a ser más difícil y, a la vez, mejor debido a todos los días difíciles que la señora Antoinette había estado luchando hasta ese momento.

Tenía un hijo con varios problemas de desarrollo y varios problemas de salud relacionados con ello. Habían estado luchando durante años con todas las dificultades de salud que conllevaba. Luego, justo antes de ese día en 2013, cuando fue a trabajar, su matrimonio se había desmoronado y su esposo la había dejado después de 33 años de matrimonio.

Se quedó con una casa y un hijo a quien cuidar. Y, además de todo lo demás, con un solo ingreso, estaba varios meses atrasada en los pagos de la hipoteca. Estaba preocupada de perder su casa y no sabía qué iba a pasar. Todas esas cosas giraban en su mente cuando entró en su oficina en una escuela de Decatur, Georgia.

Había alrededor de 800 estudiantes esa mañana. Pero esa mañana, un hombre llamado Michael Brandon Hall entró en esa escuela con un AK-47 y suficiente munición para cambiar la comunidad para siempre.

Pero ese día no habría tiroteo escolar. Ese día no habría pérdida de vidas, porque cuando el señor Brandon entró en la escuela con su rifle listo para hacer algo malvado, horrible y atroz, lo primero que hizo fue ir a la oficina. Y allí se encontró con Antoinette.

Antoinette hizo algo increíblemente valiente. Algunos podrían haber pensado que fue una locura, pero ella comenzó a hablar con Michael. Quiero que escuches sus propias palabras sobre este joven que venía a hacer algo malvado. Escucha lo que dijo, ¿de acuerdo? "Podía ver el dolor en su rostro. Era un alma herida, y lo sentí."

Solo seguí diciéndole que todo iba a estar bien.

Entendí lo que estaba pasando, lidiando con la depresión y sintiéndose solo. Le conté sobre mis propias luchas para que supiera que no era el único.

Ves, durante unos 35 o 40 minutos, Michael Brandon Hall estuvo dentro de esa escuela con un rifle de asalto y disparó algunos tiros hacia la puerta donde estaban los policías. Pero cuanto más Antoinette hablaba con él, más se calmaba. Ella pudo llamar al 911 y se convirtió en intermediaria entre Michael y la policía.

Y después de lo que seguramente pareció una eternidad, Michael dejó su rifle en el suelo y se rindió a la policía.

Ves, las cosas por las que ella había pasado en su vida, aunque estoy segura de que al principio, tal vez, estaba pensando: "De todas las cosas que han estado pasando en mi vida, ¿hoy tenemos que lidiar con esto?" Pero todas esas dificultades por las que pasó le permitieron construir un puente hacia un alma que estaba sufriendo.

Y gracias a ese puente, pudo detener un mal indescriptible.

No sé por qué las personas buenas tienen que sufrir. Desearía que no tuvieras que sufrir. Desearía que nunca tuvieras que sentir dolor, pero solo sé, sé que lo harás. Sé que si aún no has pasado por ello, lo harás. Quiero intentar responder a esa pregunta esta mañana, mirando una de las piezas más estresantes de las Escrituras que puedo imaginar.