En el transcurso de la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos, justo después del atentado de las Torres Gemelas, se bombardeó intensamente su capital, Kabul, incluidos los alrededores del Banco Central. Pero a pesar de estar perdiendo el control del país, los talibanes no se resignaban a dejar allí el tesoro más valioso de Afganistán: un montón de oro procedente de la época de Alejandro Magno y las colonias griegas de Asia, que se custodiaba en una cámara acorazada del Banco Central. Aquel 12 de noviembre de 2001, un grupo de mulás talibanes intentaron llevarse el tesoro. En la mejor tradición de las historias de espionaje, uno de los empleados les aseguró que se habían hecho siete llaves de esa cámara y se habían entregado a siete personas que vivían en diferentes lugares del mundo. Para poder abrir la caja de seguridad, antes había que reunirlas a todas. Los bombardeos enemigos aumentaban, pero ellos no estaban dispuestos a irse sin el que consideraban su oro. Estaban firmemente dispuestos a volar la puerta del Banco Central de Kabul, aunque con esta acción destruyeran uno de los tesoros arqueológicos más antiguos y valiosos del mundo.

La historia también es curiosa, indiscreta, jocosa, personal y demás adjetivos calificativos oportunos.

Aqui te lo contamos.

A principios de los años ochenta aparecieron en Wiltshire, sur de Inglaterra, unos círculos que parecían dibujados de forma extraña en los campos de cereal, como si algo con un movimiento en el sentido de las manecillas del reloj se hubiese posado y, suavemente, impreso los sembrados. A partir de entonces, el fenómeno de los crop circles o círculos de cosecha estalló. Sobre campos de trigo, avena, cebada, colza, incluso patata, cada vez más granjeros descubrían estas marcas y, en años posteriores, pictogramas mucho más complejos. La fiebre creció y estas formaciones fueron apareciendo en campos de todo el mundo; hay más de diez mil círculos de cosecha documentados y fotografiados en treinta países diferentes. Varían desde diseños geométricos simples hasta composiciones complejas y cuidadosamente realizadas. El fenómeno ha captado la atención de místicos y científicos. Las teorías de qué o quién los ha podido realizar van desde los que aseguran que son mensajes dejados por los extraterrestres que nos visitan, a los partidarios de que son creados por rayos de microonda, fenómenos meteorológicos o, sencillamente, los que creen que son bromas hechas por gamberros con más o menos aspiraciones artísticas.

Ni todos los alemanes que vivieron la segunda guerra mundial fueron nazis, ni todos los nazis fueron alemanes en la segunda guerra mundial. Lo cierto es que la Alemania nazi fue de lo mas variopinto tanto en creación como en destrucción.

Que tiene que ver …

ADIDAS, PUMA, HUGO BOSS Y LOS NAZIS

La Isla de Pascua: Un viaje al corazón misterioso del Pacífico

La Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui en su lengua nativa, se encuentra en el océano Pacífico suroriental, a unos 3.700 kilómetros del continente chileno. A pesar de su remota ubicación, pertenece a Chile desde 1888, formando parte de la región de Valparaíso.

La Isla de Pascua, antes de pertenecer a Chile, nunca estuvo bajo el dominio formal de ningún otro país. La isla ha estado habitada por el pueblo cuyo nombre es el mismo que el de la isla, los Rapa Nui que significa "Isla Grande" durante miles de años, y ellos la consideraban su tierra natal.

Tiene una Superficie de 163,6 km², siendo la más grande del Chile insular. Con alrededor de 7.750 personas (2017), concentradas principalmente en Hanga Roa, el único poblado de la isla, su población es mayoritariamente de origen rapanui, con una fuerte identidad cultural propia.

Forma: Triangular, con tres volcanes extintos como puntos más altos: Rano Kau, Rano Raraku y Terevaka.

Su clima es templado oceánico, con temperaturas medias anuales entre 17°C y 21°C. Predominan las praderas volcánicas, con zonas costeras rocosas y playas de arena negra.

La isla recibió su nombre europeo en 1722, cuando el navegante holandés Jakob Roggeveen la descubrió el día de Pascua de Resurrección.

Como hemos dicho anteriormente, en 1888 la Isla de Pascua fue anexionada por Chile en un acto unilateral conocido como el "Acta de Toma de Posesión". Esta anexión no fue reconocida por el pueblo Rapa Nui, quienes no fueron consultados ni participaron en el proceso.

Actualmente es un territorio especial de Chile, con un alto grado de autonomía.

El pueblo Rapa Nui tiene una fuerte identidad cultural y goza de reconocimiento constitucional y legal especial dentro del estado chileno.

La anexión de la Isla de Pascua por parte de Chile sigue siendo un tema controvertido, con algunos que la consideran ilegítima y otros que la aceptan como un hecho histórico.

El pueblo Rapa Nui continúa luchando por el pleno reconocimiento de sus derechos, incluyendo la autodeterminación y la protección de su cultura y patrimonio.

La historia de la Isla de Pascua está marcada por la llegada de colonizadores europeos, la anexión por parte de Chile y la lucha del pueblo Rapa Nui por sus derechos. Es una historia compleja y fascinante que nos invita a reflexionar sobre temas como el colonialismo, la identidad cultural y los derechos de los pueblos indígenas.

La Isla de Pascua es famosa por sus moáis, monumentales esculturas humanas talladas en piedra por el pueblo rapanui entre los siglos XIII y XVI. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.

El decimosexto presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, fue asesinado en abril de 1865. El país llevaba más de cuatro años desangrándose en una guerra civil cuyo final parecía vislumbrarse después de tanto tiempo. Durante la velada en un teatro de la capital el presidente recibió un solo disparo. Murió unas horas más tarde. El magnicida, un actor famoso de nombre John Wilkes Booth, logró escabullirse de la escena del crimen y emprender la huida. Inmediatamente se puso en marcha una operación de busca y captura que, según la versión oficial, concluyó doce días más tarde. En una apartada granja de Virginia el magnicida fue acorralado y alcanzado por un tiro cuando unos militares intentaban capturarle. El país acogió con alivio la noticia: la muerte del asesino por lo menos proporcionaba algo con lo que intentar aliviar el duelo por el líder asesinado. Esto es lo que se ha escrito en los libros de historia y lo que han aprendido los colegiales estadounidenses durante décadas. Pero un sector cada vez más amplio de especialistas pone en duda esta versión.

A excepción del éxito del plan para asesinar al hombre que había dirigido la Unión Federal durante la guerra, prácticamente el resto son dudas: hechos y datos plagados de divergencias, inconsistencias y lagunas abundan en el relato de los sucesos posteriores al crimen. Lo que hasta hace poco era un rumor, una leyenda de la cultura popular, hoy es un secreto a gritos. John Wilkes Booth podría haber sobrevivido varias décadas a Lincoln y haber acabado sus días tranquilamente, incluso en territorio norteamericano.

En los últimos años se han sucedido los libros, las teorías y las peticiones formales a las autoridades para acceder a documentos y realizar pruebas que pudiesen poner fin a la discusión. Hasta ahora ha sido en vano y las incertidumbres siguen siendo grandes. Pero poco a poco se van conociendo detalles que pueden arrojar algo de luz en el que fue el primer asesinato de un inquilino de la Casa Blanca. Se ha rastreado minuciosamente la biografía del asesino, los momentos previos al crimen, la huida y las pistas sobre su posible vida posterior. Todo ello constituye uno de los rompecabezas más fascinantes de la historia. Todo gira en torno a un personaje que en su época era célebre, pero del que en realidad se desconoce mucha información esencial; un hombre que se ha convertido en un misterio desde el momento en el que perpetró uno de los crímenes más tristemente célebres del mundo. Un enigma llamado John Wilkes Booth.

Tras más de cinco años de búsqueda, cuando el 26 de noviembre del año 1922 el británico Howard Carter rompió con cautela el sello de la tumba que acababa de descubrir, la luz de una vela le mostró uno de los más extraordinarios hallazgos jamás realizados por un arqueólogo: la tumba de Tutankhamón. Este descubrimiento resucitó a un jovencísimo rey ya olvidado, del que se conocía muy poco, y despertó un gran interés por la magia y el misticismo de una civilización antigua. En 1925, el mundo pudo ver la auténtica cara del faraón, representada en una magnífica máscara de oro con incrustaciones de vidrios de color y piedras finas. Su aspecto solemne y las riquezas que lo rodeaban eran sorprendentes. El joven Tutankhamón, cuentan los historiadores, vivió durante la época dorada de Egipto, cuando Luxor y Tebas eran la potencia hegemónica del mundo civilizado, por lo que gobernó un país inmensamente rico. Pero poco más se sabe de su esplendor. Todavía hoy los investigadores no han podido contestar las múltiples preguntas y enigmas que ha generado el descubrimiento de su tumba.

Tras más de cinco años de búsqueda, cuando el 26 de noviembre del año 1922 el británico Howard Carter rompió con cautela el sello de la tumba que acababa de descubrir, la luz de una vela le mostró uno de los más extraordinarios hallazgos jamás realizados por un arqueólogo: la tumba de Tutankhamón. Este descubrimiento resucitó a un jovencísimo rey ya olvidado, del que se conocía muy poco, y despertó un gran interés por la magia y el misticismo de una civilización antigua. En 1925, el mundo pudo ver la auténtica cara del faraón, representada en una magnífica máscara de oro con incrustaciones de vidrios de color y piedras finas. Su aspecto solemne y las riquezas que lo rodeaban eran sorprendentes. El joven Tutankhamón, cuentan los historiadores, vivió durante la época dorada de Egipto, cuando Luxor y Tebas eran la potencia hegemónica del mundo civilizado, por lo que gobernó un país inmensamente rico. Pero poco más se sabe de su esplendor. Todavía hoy los investigadores no han podido contestar las múltiples preguntas y enigmas que ha generado el descubrimiento de su tumba.