• 58 En el Lago Tiberíades UN ALMA EN CRISTO (1990) Libro 2

  • Sep 23 2024
  • Duración: 6 m
  • Podcast

58 En el Lago Tiberíades UN ALMA EN CRISTO (1990) Libro 2

  • Resumen

  • Un alma en Cristo https://unalmaencristo.my.canva.site/redessociales

    🎧 Audio 58

    📕 Libro II Un alma en Cristo

    6 de abril de 1990

    𝔼𝕟 𝕖𝕝 𝕃𝕒𝕘𝕠 𝕕𝕖 𝕋𝕚𝕓𝕖𝕣í𝕒𝕕𝕖𝕤
    En el hotel. Hoy hemos pasado por Cesarea. Estamos junto al Lago de Tiberíades. La emoción ha llenado mi alma cuando me imaginaba al Señor caminando por estos campos. Él me ha dicho que esta noche escribiría. Señor, gracias, por todo lo que haces por mí.

    Hija mía, tu Dios está contigo. Mi amor está con los hombres. El sentido de la misericordia se ha perdido en el tiempo; sólo Dios se acuerda de ella. Soy como un manso cordero de mirada dulce y confiada. En mi pecho abierto late mi Corazón, que palpita encendido de amor. Soy la luz del mundo. Todo lo ilumino con luz cegadora. Soy el alfa y el omega, principio y fin, porque abarco todas las cosas y en ellas me deleito. Mi placer es hacer la voluntad del Padre; para ello fui enviado, para eso vine al mundo.

    𝘔𝘪 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢 𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘵𝘢 𝘢𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳,
    𝘮𝘪 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢 𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘴𝘶𝘦ñ𝘢 𝘢𝘭 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘦𝘳,
    𝘥𝘦 𝘥í𝘢 𝘺 𝘥𝘦 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦, 𝘠𝘰 𝘰𝘪𝘨𝘰 𝘴𝘶 𝘷𝘰𝘻,
    𝘭𝘢 𝘴𝘪𝘨𝘰 𝘺 𝘭𝘦 𝘥𝘪𝘨𝘰:
    𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘭𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴, 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘦𝘭 𝘈𝘮𝘰𝘳.

    Hija mía, desde mi venida hasta ahora, ha transcurrido mucho tiempo para el hombre. Para Mí, todo aquello está presente, como acabado de pasar. El hombre no ha cambiado en absoluto. Es el mismo. Sigue golpeando mis espaldas y abofeteando mi rostro con los insultos más graves que su mente pueda encontrar. Como cada año, vuelve una y otra vez la Semana Santa, repitiéndose así en el tiempo las escenas cruentas y desgarradoras de mi Pasión.
    Este año he querido, hija mía, que tú estés en el lugar del sacrificio del Cordero. He querido que te unas más a mi Pasión y, para ello, te he traído al lugar donde sucedió. Aquí recibirás mis palabras y, en tu pobre cabeza, tendrán el sentido exacto que tuvieron entonces, para que así comprendas más a tu Dios.

    Pronto será la hora de la siega; de apartar el trigo de la cizaña. Debes estar dispuesta, porque tu Señor puede venir de noche y debe encontrarte levantada, esperando con la lámpara llena de aceite y encendida su luz. Tú, espera siempre a tu Señor e invita a las otras doncellas, a que también ellas lo esperen. Diles lo hermoso que es el Señor y lo bueno que es. Di: «Yo lo conozco bien y su amor no conoce límites. Su voz es la dulzura que invade mi alma y penetra mis sentidos hasta lo más profundo de mi corazón. Hermanos míos, esperad conmigo que llegue el amor».

    Grupo María Auxiliadora (1990). Un alma en Cristo Libro II

    Más Menos
activate_Holiday_promo_in_buybox_DT_T2

Lo que los oyentes dicen sobre 58 En el Lago Tiberíades UN ALMA EN CRISTO (1990) Libro 2

Calificaciones medias de los clientes

Reseñas - Selecciona las pestañas a continuación para cambiar el origen de las reseñas.