Episodios

  • La madre de todas las conspiraciones
    Aug 1 2024
    La madre de todas las teorías de la conspiración es el asesinato de John Fitzgerald Kennedy. La semana pasada vimos con detalle los hechos en La ContraHistoria. El 22 de noviembre de 1963 el presidente y su esposa, Jacqueline Kennedy, viajaron a Dallas para realizar una visita oficial. Nada más descender del avión se embarcaron en una caravana por la ciudad a bordo de una limusina descapotable en compañía del gobernador de Texas, John Connally. Recorrieron el centro de Dallas, cuyas calles se habían engalanado para la ocasión y estaban repletas de gente. Ya casi al final de su recorrido, cuando la caravana atravesaba la Dealey Plaza, el vehículo presidencial fue tiroteado. La investigación realizada tras el magnicidio concluyó que un tirador llamado Lee Harvey Oswald había realizado tres disparos con una carabina Carcano desde la sexta planta del edificio que albergaba el Almacén de Libros Escolares de Texas. El presidente recibió dos impactos de bala. El primero le entró por la parte superior de la espalda y le salió por la garganta. Cinco segundos después otra bala le alcanzó en el cráneo. Kennedy ingresó aún con un hilo de vida en el Parkland Memorial Hospital donde fallecería poco después. En paralelo a su agonía la policía de Dallas detuvo a Lee Harvey Oswald, a quien los indicios apuntaban como presunto asesino, en un cine localizado en un suburbio del suroeste de la ciudad donde se había escondido tras haber matado a un agente que le acababa de dar el alto. Lee Harvey Oswald fue trasladado a comisaría y allí le interrogaron los inspectores de policía durante dos días, al término de los cuales el juez ordenó que el reo fuese llevado de las dependencias policiales a la cárcel del condado. La expectación era máxima. Los medios de comunicación se arremolinaron en la puerta de servicio de la comisaría para retransmitir en directo la salida del detenido. En ese momento el dueño de un club nocturno de Dallas llamado Jack Ruby se abalanzó sobre Oswald y le disparó a quemarropa acabando con su vida. Muerto el principal sospechoso la investigación se detuvo, la policía dio el caso por cerrado, algo que disgustó a la opinión pública que empezó a pensar que ahí había gato encerrado. Una semana más tarde y tras consultarlo con Edgar Hoover, director del FBI, el presidente Lyndon B. Johnson creo una comisión presidencial presidida por Earl Warren, presidente del Tribunal Supremo, razón por la cual pasó a ser conocida como Comisión Warren. El informe con las conclusiones de la comisión se presentó diez meses más tarde. Los comisionados resolvieron que el presidente Kennedy había sido asesinado por Lee Harvey Oswald que actuó completamente a solas y por motivos estrictamente personales. Respecto a Jack Ruby, que en esos momentos se encontraba en prisión, también determinó que actuó solo movido por el afán de vengar el asesinato de Kennedy. Con esto ya se daba completamente por cerrado el caso, pero era sólo el principio de una serie de teorías de la conspiración que no han hecho más que crecer y sofisticarse desde entonces. Las hay para todos los gustos y todas coinciden en la búsqueda e identificación de un culpable que consiguió salir indemne tras la investigación oficial. Unas apuntan hacia el propio Gobierno de Estados Unidos que conspiró contra el presidente con la colaboración de la CIA, otras señalan a la Unión Soviética, otras a la Cuba de Fidel Castro y otras a la mafia. Hay decenas de teorías, algunas sencillas de exponer y otras mucho más enrevesadas. El hecho es que un porcentaje nada despreciable (aproximadamente un 60%) de los estadounidenses siguen creyendo que Kennedy fue víctima de un complot. En La ContraHistoria de hoy, y por deseo expreso de los contraescuchas, vamos a ver las principales teorías de la conspiración de un asesinato que la opinión pública nunca considerará del todo cerrado. En El ContraSello: 0:00 Introducción 4:19 La madre de todas las conspiraciones 1:10:17 200 años de la Policía Nacional 1:15:57 El origen de Alemania Bibliografía: - "J.F. Kennedy: Una vida inacabada" de Robert Dallek - https://amzn.to/4cV55D7 - "El asesinato del presidente Kennedy" de Luciano Armas - https://amzn.to/3Yp2mNX - "John Kennedy: El sueño que transformó Estados Unidos" de Fabricio Sales - https://amzn.to/4fkd5z1 - "Conspiración Kennedy" de Andrea Larsen - https://amzn.to/4fmGQPF · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://...
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  • Kennedy, radiografía de un magnicidio
    Jul 25 2024
    El magnicidio más famoso de la historia tuvo lugar el 22 de noviembre de 1963 en Dallas. John Fitzgerald Kennedy, trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos fue asesinado cuando recorría la ciudad a bordo de una limusina descapotable en una caravana presidencial junto a su esposa Jacqueline, el gobernador de Texas, John Connally y su esposa Nellie. Murió a causa de dos balazos, uno en la espalda y otro en la cabeza, disparados por Lee Harvey Oswald, un antiguo marine, que se había apostado con un rifle en el sexto piso del almacén de libros escolares de Texas. El magnicidio quedó inmortalizado en película a color gracias a que Abraham Zapruder, un vecino de Dallas que asistía al paso de la caravana, lo grabó con un pequeño tomavistas de 8mm. Tras el tiroteo el vehículo presidencial aligeró la marcha y se dirigió al Parkland Memorial Hospital, ubicado a unos seis kilómetros del lugar de los hechos. Media hora más tarde los médicos declararon la muerte del presidente de forma oficial. El gobernador Connally también resultó herido, pero se recuperó posteriormente. Se puso entonces en marcha el mecanismo sucesorio. Para evitar un vacío de poder el vicepresidente Lyndon B. Johnson juró como presidente dos horas y media después del asesinato a bordo del Air Force One, que se encontraba estacionado en el aeropuerto de Dallas Love Field. Tras atentar contra el presidente, Oswald regresó a su casa y se hizo con una pistola con la que poco después mató al policía de Dallas J.D. Tippit que le había dado el alto al verle por la calle. Pero su escapada duró poco. Una hora más tarde fue arrestado en un cine por la policía de Dallas y acusado formalmente de asesinar a Kennedy y a Tippit. Dos días después, cuando las autoridades se disponían a trasladarle desde la comisaría hasta la cárcel del condado, Oswald murió a manos de Jack Ruby, el dueño de un local nocturno dela ciudad que le disparó a quemarropa y con cámaras de televisión emitiendo en directo. Aún con vida fue trasladado al Parkland Memorial Hospital donde murió poco después. Ruby fue juzgado y condenado por el asesinato de Oswald, recurrió la condena y murió en 1967 cuando esperaba una resolución judicial. La investigación del asesinato corrió a cargo de la Comisión Warren, llamada así porque la presidía Earl Warren, un prestigioso juez del Tribunal Supremo. Warren concluyó que el único responsable del asesinato de Kennedy era Lee Harvey Oswald. No apreció conspiración alguna y declaró cerrado el caso en tanto que Oswald también había muerto. Tres años más tarde, en 1967, el fiscal de distrito de Nueva Orleans, Jim Garrison, lo reabrió llevando ante la Justicia al empresario Clay Shaw, pero fue absuelto por falta de pruebas. Investigaciones posteriores como la Comisión Rockefeller o la Comisión Church arrojaron conclusiones similares a la de Warren. No todos quedaron satisfechos con las conclusiones de las sucesivas comisiones. El asesinato de Kennedy sigue siendo objeto de un amplio debate y ha generado muchas teorías de la conspiración. De hecho, en Estados Unidos hay más gente que cree en alguna de ellas que en la denominada versión oficial. Pero, dejando a un lado un terreno tan fértil para la imaginación como el de las teorías de la conspiración, el hecho es que el asesinato de Kennedy tuvo un impacto profundo en la historia reciente de Estados Unidos. Fue el primero de una serie de atentados que conmocionaron al país. En 1965 fue asesinado Malcolm X y en 1968 Martin Luther King y Robert Kennedy, hermano menor del presidente que se había presentado como candidato en las primarias demócratas de aquel año. En La ContraHistoria de hoy vamos a ver el atentado de Kennedy. Si hay interés por parte de la audiencia, en el próximo programa abordaremos las principales teorías de la conspiración que han convertido a este magnicidio en el que más tinta ha hecho correr de toda la historia. En El ContraSello: 0:00 Introducción Historia del español Paleogenética ¿Utilizamos sólo el 10% del cerebro? Bibliografía: - "J.F. Kennedy: Una vida inacabada" de Robert Dallek - https://amzn.to/4cV55D7 - "El asesinato del presidente Kennedy" de Luciano Armas - https://amzn.to/3Yp2mNX - "John Kennedy: El sueño que transformó Estados Unidos" de Fabricio Sales - https://amzn.to/4fkd5z1 - "Conspiración Kennedy" de Andrea Larsen - https://amzn.to/4fmGQPF · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://...
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  • Los cuatro magnicidios
    Jul 18 2024
    Abraham Lincoln, James Garfield, William McKinley y John Fitzgerald Kennedy fueron presidentes de Estados Unidos en distintos momentos, pero, aparte del hecho de ocupar la presidencia, compartieron un destino común: los cuatro fueron asesinados mientras estaban en el cargo. El primero de ellos fue Abraham Lincoln en 1865. El país no tenía ni un siglo de historia y la guerra civil estaba a punto de concluir. El 14 de abril de aquel año un pistolero llamado John Wilkes Booth le disparó en la nuca cuando el presidente asistía a una representación teatral en Washington. El asesinato de Lincoln era la parte más importante de un complot de los confederados para revertir una derrota segura. Abatieron al presidente, pero no a sus otros dos objetivos: el vicepresidente y el secretario de Estado. Consiguieron todo lo contrario de lo que se proponían. Lincoln fue ascendido a categoría de héroe nacional y como tal se le recuerda hoy. No muchos años después, en 1881 fue tiroteado en una estación ferroviaria de Washington el presidente James Garfield, que había tomado posesión del cargo el 4 de marzo, sólo unos meses antes. Garfield era republicano y en aquellos momentos el partido se encontraba muy dividido. Un miembro del partido, decepcionado porque no le habían dado un cargo, Charles Guiteau, decidió vengarse aprovechando que el presidente iba a tomar un tren para pasar las vacaciones. El 2 de julio se dirigió armado con un pequeño revolver a la estación de Baltimore y Potomac, se acercó al presidente y le disparó a quemarropa por la espalda. Garfield no murió en el acto, fue trasladado a la Casa Blanca con una bala en el cuerpo, pero aún pasarían casi tres meses hasta que a finales de septiembre murió víctima de una sepsis. Veinte años más tarde, en septiembre de 1901 caería asesinado el tercer presidente, pero esta vez no sería en Washington, sino en Búfalo, una ciudad al norte del Estado de Nueva York adonde había viajado para darse un baño de multitudes durante la celebración de la Exposición Panamericana. Esta vez el asesino fue un anarquista de Detroit llamado Leon Czolgosz. McKinley acababa de estrenar su segundo mandato y era un presidente muy popular. Tras visitar la exposición quiso estrechar la mano personalmente de tantos asistentes como fuera posible en el palacio de la música, uno de los pabellones más vistosos de la exposición. Ese era el momento que Czolgosz esperaba para poder acercarse al presidente y dispararle a corta distancia con un revolver que llevaba escondido en la mano debajo de un pañuelo. Tuvo tiempo de disparar dos veces. La primera bala fue desviada por un botón, la segunda penetró en su abdomen. Pero, como ya le ocurrió a Garfield, McKinley no murió ese día. Fue llevado de urgencia a la enfermería de la exposición donde intentaron sin éxito extraerle la bala. Quedó en observación en la casa del presidente de la exposición y allí moriría una semana más tarde víctima de la gangrena. Que tres presidentes fuesen asesinados en un lapso tan breve de tiempo provocó que se extremasen las medidas de seguridad. Fue tras el asesinato de McKinley cuando el Congreso pidió a Servicio Secreto, dedicado hasta entonces a perseguir la falsificación de moneda, se encargase también de la seguridad presidencial. Eso no impidió que seis décadas después fuese asesinado el presidente Kennedy en Dallas. Este magnicidio es el más reciente y también el más conocido ya que dio lugar a todo tipo de teorías de la conspiración a cada cual más imaginativa. El de Kennedy fue un asesinato mucho más elaborado que los anteriores. Corrió a cargo de un tirador, Lee Harvey Oslwald, que esperó a que la caravana presidencial pasase por delante de un almacén en el que se había apostado con un rifle dotado de mira telescópica. El presidente viajaba en una limusina descubierta junto a su esposa y el gobernador de Texas. La muerte fue instantánea y eso puso en marcha de inmediato la sucesión presidencial. El vicepresidente Lyndon B. Johnson tuvo que jurar el cargo apresuradamente a bordo del Air Force One. Desde entonces han intentado asesinar a los sucesivos presidentes en varias ocasiones, pero sin éxito. Hoy en La ContraHistoria vamos a repasar los primeros tres magnicidios que conmocionaron a Estados Unidos y que, en última instancia, han hecho de sus presidentes los mandatarios mejor protegidos del mundo. El cuarto, el de Kennedy, mucho mejor documentado, lo veremos en el siguiente capítulo. En El ContraSello: 0:00 Introducción 1:15:52 La nobleza negra veneciana 1:21:52 La Fronda 1:27:12 La primera vuelta al mundo Bibliografía: - "Magnicidio" de José Luis Hernandez - https://amzn.to/4d7b5bk - "Magnicidios de la historia" de Pedro González-Trevijano - https://amzn.to/4faAi6U - "La vida de Abraham Lincoln" de Henry Ketcham - https://amzn.to/3y4SWfK - "Sic Semper Tyrannis: Magnicidios en la historia" de Fernando Díaz Villanueva - https:/...
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  • El pasado como mercancía política
    Jul 12 2024
    La historia siempre ha sido un campo de batalla, pero no de una batalla que se libró en el pasado y rememoramos en el presente, sino de una batalla que se libra aquí y ahora tomando elementos del pasado previamente acicalados para ponerlos al gusto de nuestro tiempo. Esos elementos el poder los selecciona cuidadosamente para que apoyen su agenda ideológica y le aporten legitimidad. Es una operación que se hace una y otra vez delante de nuestras narices pero que suele pasar desapercibida. No es, además, algo nuevo. Emplear el pasado con fines políticos es algo connatural a las sociedades humanas. En tiempos antiguos monarcas y aristócratas exhibían orgullosos la historia de su familia para justificar sus títulos de nobleza. Los Papas de la Edad Media aseguraban que su autoridad (en Occidente en general y en Italia en particular) se sustentaba sobre una donación que Constantino el Grande había realizado a Silvestre I en el siglo IV. Los príncipes renacentistas rebuscaban en su árbol genealógico y, en el caso de que no encontrasen nada útil, inventaban su propia historia para ser respetados por sus súbditos… y por otros príncipes. Títulos de todo tipo estaban siempre a la venta porque disponer de uno era sinónimo de tener un pasado glorioso y, como consecuencia, un futuro prometedor. El presente se construía sobre el pasado y eso no cambió con los tiempos modernos, supuestamente presididos por el racionalismo y los méritos. Dejaron de importar los títulos nobiliarios pero los Estados nación que surgieron tras la revolución francesa se esmeraron en dotarse de historias nacionales que explicaban el presente y legitimaban a las nuevas realidades políticas. Ningún país de Europa o América se libró. A los cambios políticos les seguían de forma rutinaria cambios en el menú de los acontecimientos históricos dignos de ser recordados porque, a juicio de quienes los habían seleccionado como trascendentes, constituían los pilares del poder establecido. Valgan como ejemplo los días nacionales. En los países que fueron colonias o dependencias de otras potencias, generalmente europeas, se escogió el día de la independencia, en otros la aprobación de la primera constitución o de la revolución que dio origen al régimen imperante. En algunos países se recuperaron fechas históricas que habían sido olvidadas o que durante mucho tiempo carecieron de importancia. Ese fue el caso del día de la Bastilla, que conmemora la toma de esta fortaleza parisina el 14 de julio de 1789, pero que no se convirtió en fiesta nacional de Francia hasta casi un siglo después. Más llamativo aún fue el caso de España, donde se escogió como festividad nacional el día del descubrimiento de América en 1492 casi 500 años después de que se produjese. La dependencia que el poder tiene de la historia no sólo es constante, sino también creciente. Las élites políticas regionales y los partidos buscan su legitimación en la historia mediante el mismo procedimiento: escogen los acontecimientos históricos que más se ajustan al relato que tratan de transmitir y los ajustan al presente confiriéndoles actualidad y, sobre todo, autoridad. Eso implica condenar otros acontecimientos que, o se ignoran, o pasan a estar malditos y se endosan a los opositores políticos. Se abusa así de sustantivos adjetivados como medieval, fascista, jacobino, bolchevique y un largo etcétera. El pasado se filtra a través un tamiz moral que permite señalar a buenos y malos. Pues bien, para tratar este tema tan interesante visita hoy La ContraHistoria por primera vez (esperemos que la primera de muchas) Manuel Burón, profesor de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid, autor de varios libros y de unos magníficos artículos en prensa cuya lectura es obligatoria para centrar más de un debate de los muchos que la actualidad nos regala relacionados con la historia. Los artículos de Manuel en The Objective: https://theobjective.com/autor/manuel-buron/ - "Imperios e imperialismo" de Manuel Burón y Emilio Redondo - https://amzn.to/4bE7OiD · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://www.patreon.com/diazvillanueva · iVoox... https://www.ivoox.com/podcast-contracronica_sq_f1267769_1.html · Paypal... https://www.paypal.me/diazvillanueva #FernandoDiazVillanueva #historia #politica Escucha el episodio completo en la app de iVoox, o descubre todo el catálogo de iVoox Originals
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  • Málaga y el despertar industrial en España
    Jul 4 2024
    A mediados del siglo XIX Málaga era el segundo centro industrial de España. La ciudad, ubicada en la costa del Mediterráneo a corta distancia del estrecho de Gibraltar, supo aprovecharse de las grandes transformaciones económicas que se estaban produciendo en la Europa occidental de aquella época a causa de la revolución industrial. Esa revolución había comenzado en Inglaterra un siglo antes, pero no sería hasta después de las guerras napoleónicas cuando dio el salto al continente. En algunas regiones de Europa la chispa prendió con facilidad como Bélgica, el valle del Rin, el norte de Francia o la llanura padana. En España, carente en su práctica totalidad de ríos navegables, dos ciudades portuarias tomaron la delantera. Una fue Barcelona, la otra Málaga. El caso malagueño no sorprendió a nadie ya que la ciudad había crecido de forma sostenida durante el siglo XVIII gracias a una serie de cultivos muy apreciados en el extranjero como el vino de Málaga, una variedad que se exportaba con grandes beneficios a lugares tan distantes como las islas británicas o la Rusia de Catalina la Grande. Este comercio floreciente atrajo a la ciudad a un gran número de mercaderes llegados desde el resto de España y también de otros países. Sobre esa base mercantil ya debidamente consolidada, en la década de 1830 la industria aterrizó con fuerza en Málaga. Primero fue la siderúrgica valiéndose de los yacimientos de hierro de Sierra Blanca. La siderurgia malagueña llegó a ser importantísima. Fue aquí donde se instalaron los primeros altos hornos de España gracias a la apuesta que hizo un comerciante riojano llamado Manuel Agustín Heredia que llegó a convertirse en el mayor empresario de España. No fue algo casual, cuando Isabel II ascendió al trono, de Málaga salía el 70% de toda la fundición española. A la siderurgia le seguiría la industria textil, muy vinculada esta a una familia de comerciantes e industriales malagueños bien conocida: los Larios, que terminarían por fundir su nombre con el de la ciudad. Los textiles malagueños se dedicaban al algodón, un cultivo que arraigó bien en Andalucía. El puerto creció y el ferrocarril llegó en 1865 con la finalización de la línea que unía la ciudad con Córdoba y con el resto de la red ferroviaria peninsular. El responsable de traer el ferrocarril fue otro empresario, Jorge Loring, hijo de un comerciante estadounidense que se había establecido en la ciudad formando sociedad con Heredia. La actividad económica trajo prosperidad y oportunidades, y eso redundó en nuevos flujos migratorios hacia la ciudad provenientes del campo andaluz. También posibilitó que se creasen grandes fortunas como los Larios, los Heredia o los Loring, que levantaron vistosas mansiones y edificios decimonónicos en la Alameda para utilizarlos como residencia. Esa aristocracia de la industria y el comercio no tardó en transformarse en aristocracia de sangre y en jugar un papel importante en política. Málaga fue durante el siglo XIX cuna de importantes políticos como Antonio Cánovas del Castillo y de figuras como José María de Salamanca y Mayol, más conocido como marqués de Salamanca, que fue, además de empresario, banquero, inversor, diputado y ministro. De esa Málaga comercial y bulliciosa, la primera en el peligro de la libertad y en los afanes de la industria es de lo que vamos a hablar Alberto Garín y yo en La ContraHistoria de esta semana. Lo vamos a hacer desde la misma Málaga, en el museo Carmen Thyssen cuya sede se encuentra en un bonito palacio del siglo XVI. Hasta aquí nos hemos desplazado para hacer un nuevo programa con público gracias a las buenas artes de Ibercaja Banca Privada que ha tenido el detalle de invitarnos. Esperamos no defraudar a la audiencia. Ni a la que se encuentra aquí reunida ni a la que está al otro lado del micrófono. Bibliografia: - "El fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913" de Jordi Nadal - https://amzn.to/3RWHnhn - "Historia General de Málaga" de Enrique del Pino - https://amzn.to/4cO9BTc - "La siderurgia malagueña" de Antonio Escudero y Antonio Parejo - https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/49692/1/2015_Escudero_Parejo_RHI.pdf · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://www.patreon.com/diazvillanueva · iVoox... https://www.ivoox.com/podcast-contracronica_sq_f1267769_1.html · Paypal... https://www.paypal.me/diazvillanueva Sígueme en: · Web... https://diazvillanueva.com · Twitter... ...
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  • Mazarino o el arte del disimulo
    Jun 27 2024
    Los antiguos decían: contente y abstente. Nosotros decimos: simula y disimula; o mejor aún: conócete a ti mismo y conoce a los demás. Así de contundente arranca el “Breviario para políticos” del cardenal Mazarino, una pequeña obra publicada con carácter póstumo que su autor escribió con intención de que leyesen y se aplicasen todos aquellos dedicados a lo que él había hecho buena parte de su vida: la política, ese arte oscuro que consiste en llegar al poder y retenerlo al coste que sea. Todo escrito en primera persona y sin más objetivo que sus páginas sirvieran de vademécum repleto de consejos prácticos, pero no tanto para ser un buen gobernante, como para que el poder no se escape de las manos. Giulio Mazarino (o Jules Mazarin) fue una figura fundamental en la Europa del siglo XVII. Italiano de nacimiento, estudió el colegio de los jesuitas en Roma y luego viajó a España para formarse como abogado en la Universidad de Alcalá de Henares, donde pasó tres años y aprendió español a la perfección, una lengua extremadamente útil en aquella época ya que sus monarcas eran los más poderosos del continente. A su regreso a Italia el Papa Urbano VIII apreció las extraordinarias cualidades de su joven súbdito, por lo que le fichó para la diplomacia vaticana, las más hábil y refinada de su tiempo. Fue entonces cuando el cardenal Richelieu, privado de Luis XIII de Francia, se fijó en él y le llamó a su lado. En la Corte francesa desplegó todas sus habilidades diplomáticas poniendo de su lado a la reina Ana de Habsburgo, hija de Felipe III de España, una mujer de gran carácter muy cuestionada por la nobleza. Tras la muerte de Richelieu Ana se convirtió en regente ya que el heredero, el futuro Luis XIV, tenía sólo cuatro años. Mazarino pasó entonces a primera fila para disgusto de muchos aristócratas franceses, que no veían con buenos ojos que un extranjero que ni siquiera era noble se hiciese con las riendas del poder. Que un italiano y una española lo controlasen todo provocó varias revueltas conocidas de forma genérica como frondas. Mazarino sacó a la reina y a su hijo de París y sometió a los rebeldes mientras, en paralelo, tenía que librar una guerra contra el emperador y otra contra el rey de España. Se las arregló para poner fin a ambas guerras sacando mucho provecho de ellas. El reino de Francia salió fortalecido de la paz de Westfalia en 1648 y, once años más tarde, de la paz de los Pirineos, sellada con un Felipe IV que acumulaba los problemas y las derrotas. La privanza de Mazarino se extendió durante casi dos décadas. A su muerte su pupilo Luis XIV decidió gobernar a solas sin señalar un ministro principal como habían hecho su padre y su madre. La Francia del rey sol sería inexplicable sin ese legado que le había dejado Mazarino. Y no sólo el territorial. Cuando Luis XIV asumió personalmente el Gobierno en 1661 Francia había crecido y la monarquía francesa era más poderosa que nunca. En ello tuvo mucho que ver Mazarino que durante años había ejercido como preceptor de Luis XIV. Se esforzó en cuidar al máximo la educación del joven transmitiéndole muchas de las ideas de política práctica que condensaría en su “Breviario para políticos”. Pues bien, para hablar sobre este personaje histórico tan interesante nos acompaña hoy en La ContraHistoria María Blanco, autora del libro “La política del disimulo. Cómo descubrir las artimañas del poder con Mazarino”. El libro, publicado recientemente por la editorial Rosamerón, incluye el “Breviario para políticos” y un ensayo a cargo de María que nos lo trae al presente. Han pasado más de cuatro siglos desde que fue escrito, pero tiene mucha más actualidad de la que imaginamos. Desde 1660 han cambiado muchas cosas, pero la naturaleza humana permanece invariable. Nos acompaña también Alberto Garín, un imprescindible que sabe mucho de Francia y de su historia. - "La política del disimulo: Cómo descubrir las artimañas del poder con Mazarino" de María Blanco - https://amzn.to/3zim1UZ · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://www.patreon.com/diazvillanueva · iVoox... https://www.ivoox.com/podcast-contracronica_sq_f1267769_1.html · Paypal... https://www.paypal.me/diazvillanueva Sígueme en: · Web... https://diazvillanueva.com · Twitter... https://twitter.com/diazvillanueva · Facebook... https://www.facebook.com/fernandodiazvillanueva1/ · Instagram... https://www.instagram.com...
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    1 h y 8 m
  • Heraclio: el último héroe, el primer cruzado
    Jun 13 2024
    Al despuntar el siglo VII el imperio romano de Oriente, más conocido desde hace tres siglos como imperio bizantino, era lo más parecido al centro del mundo. Su capital, la ciudad de Constantinopla, tenía más de medio millón de habitantes y era un emporio comercial y cultural de primer orden, el más importante del Mediterráneo. Desde allí se gobernaba un imperio inmenso que iba desde la costa sur de Hispania hasta los desiertos de Oriente Medio y desde el valle del Danubio hasta el del Nilo. Como poder hegemónico Bizancio marcaba las modas y extendía su influencia mucho más allá de sus fronteras. Pero el trono lo ocupaba un emperador no especialmente popular, Focas, un militar que en el año 602 había depuesto a Mauricio, el último emperador de la dinastía justiniana. Fue en ese momento cuando apareció Heraclio, hijo del exarca de África que alentó una revuelta contra Focas y reclamó el título imperial. Heraclio heredó un imperio en crisis, amenazado por los persas sasánidas por el este y los ávaros por el norte, pero tenía voluntad de devolver a Bizancio su antiguo esplendor. No fue asunto sencillo. Durante el reinado de Focas el imperio había perdido el pulso y cedía en todos los frentes. Los persas de Cosroes II se habían apoderado del Levante y se habían abierto camino por Anatolia hasta el Bósforo. La mismísima Constantinopla llegó a estar bajo asedio, pero la ciudad estaba bien protegida por sus imponentes murallas y una gran armada. Heraclio rechazó a los persas y pasó al contraataque. Pero era mucho el trabajo pendiente. Reorganizó el ejército y se lanzó contra los persas, a quienes terminó venciendo tras una serie de campañas victoriosas que consumieron varios años. Llegó incluso a tomar y saquear el palacio de Cosroes en Dastagird, a orillas del Tigris. Aquello le costó la corona al emperador persa, que fue derrocado por su hijo, Kavad II, quien suplicó un tratado de paz a los bizantinos. Heraclio fue magnánimo y se lo concedió, pero sólo a cambio de que se retirasen de todos los territorios que habían ocupado. Se reservó también el título de rey de reyes que tradicionalmente llevaban los monarcas persas. Esa victoria le consagraría como el gran restaurador que aseguró la pervivencia del imperio. Para celebrarlo devolvió la Veracruz a Jerusalén y adoptó el título de Basileus, una palabra griega que significa soberano y que los emperadores de Bizancio utilizarían durante ocho siglos. Pero la prolongada guerra entre persas y bizantinos dejó exhaustos a ambos. Apareció entonces otra amenaza en los confines sudorientales del imperio, la de los árabes que, acaudillados por el califa Umar, penetraron en territorio bizantino y conquistaron en un periodo muy corto de tiempo Siria, Egipto, Armenia y Mesopotamia. El imperio persa sucumbió, el bizantino consiguió resistir, pero despojado de sus regiones más ricas y pobladas. A pesar de las pérdidas territoriales, Heraclio dejó un magnífico legado que permitió que Bizancio sobreviviese al huracán desatado en el desierto arábigo a mediados del siglo VII. El islam se expandió en todas direcciones, pero no consiguió rendir a los bizantinos, en buena medida por las reformas militares y administrativas que Heraclio puso en marcha. A él se debe, por ejemplo, que el griego se convirtiese en la lengua imperial por encima del latín, o que el corazón del imperio se trasladase a Anatolia y el sudeste de Europa. El Bizancio medieval nació con él y su dinastía. Durante siglos los reyes latinos de Occidente le profesaron una rendida admiración, le consideraban el príncipe cristiano por excelencia y así lo hicieron ver en cuadros y esculturas. Todos en mayor o menor medida se sentían herederos de Heraclio, al que tenían como el primer cruzado. Pues bien, para abordar esta interesantísima figura nos acompaña hoy en La ContraHistoria José Soto Chica, un sabio de nuestro tiempo que ya ha pasado por el programa en otras ocasiones, una de ellas hace un par de años para hablar del imperio bizantino. José es especialista en historia de Bizancio y, además de eso, un divulgador extraordinario. Bibliografía: - “Bizancio. Los primeros siglos” de John Julius Norwich - https://amzn.to/3RqiOZW - “Historia de Bizancio” de Emilio Cabrera - https://amzn.to/4cjYMrM - “Constantinopla” de Isaac Asimov - https://amzn.to/45liMbx - “Breve historia de Bizancio” de David Hernández de la Fuente - https://amzn.to/3VDEggv - “El imperio bizantino” de George William - https://amzn.to/3XluuRg Los libros de José Soto Chica: - "Imperios y bárbaros" - https://amzn.to/3Vq6mKZ - "El águila y los cuervos" - https://amzn.to/3Rtcvoh - "Leovigildo" - https://amzn.to/4cm0ppg - "Los visigodos" - https://amzn.to/3VGtINC - "Egilona" - https://amzn.to/45F1giJ - "El dios que habita la espada" - https://amzn.to/4ciCE1g - "Bajo el fuego y la sal" - https://amzn.to/45mNAZk Y de propina... - "Metafísica de ...
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  • La Comuna de París
    Jun 6 2024
    Entre el 18 de marzo y el 28 de mayo de 1871 París se independizó del resto de Francia. Lo hizo por la fuerza tras la derrota del ejército de Napoleón III en la guerra contra Prusia y la proclamación de la tercera república. Fue esa guerra el detonante de todo ya que el grueso del ejército francés había capitulado tras la batalla de Sedán en septiembre de 1870. El emperador en persona fue capturado por el enemigo. Cuando noticia del desastre y de que Napoleón III se encontraba en manos de los prusianos llegó a París una multitud se echó a la calle forzando a la regente, la emperatriz Eugenia de Montijo, a huir precipitadamente de la ciudad. El segundo imperio se vino abajo y los diputados más radicales de la Asamblea Nacional proclamaron la república con la intención de continuar con la guerra. Los prusianos avanzaron hacia París y le pusieron sitio. La ciudad era ya muy grande, tenía dos millones de habitantes con la voluntad firme de resistir. El ejército regular había sido prácticamente neutralizado en el asedio de Metz, pero en el interior de París se fueron formando varias milicias improvisadas compuestas por bomberos y gendarmes que se sumaron a los restos del ejército capitaneado por el general Louis-Jules Trochu, y a la Guardia Nacional, un cuerpo de voluntarios muy radicalizados. Trochu trató de romper el cerco prusiano, pero fue inútil. En el interior de la ciudad los ánimos se exaltaron. El invierno entró muy pronto, las temperaturas se desplomaron por debajo de los -10ºC y el Sena se congeló durante tres semanas. Se acabó la comida y las medicinas. Los prusianos decidieron entonces poner fin al sitio colocando grandes piezas de artillería con las que durante dos meses bombardearon París. En enero la capital estaba ya al borde mismo de la hambruna mientras en el palacio de Versalles Guillermo de Prusia era proclamado emperador de Alemania. El Gobierno republicano, presidido por Adolphe Thiers, decidió rendirse, algo que no aceptaron los mandos de la Guardia Nacional, que se rebelaron contra Thiers y establecieron un Gobierno independiente para la capital. Durante dos meses se constituyó una Comuna en París que, aparte de resistir al intento por parte del Gobierno republicano para recuperar París, instauró un sistema socialista, laico y revolucionario que serviría de ejemplo y referencia a los revolucionarios del siglo XX. Durante esos dos meses los parisinos fueron testigos de un experimento político que concluyó con la llamada “semana sangrienta”, la última del mes de mayo de 1871, cuando el reconstruido ejército francés republicano capitaneado por el mariscal Patrice McMahon entró en la ciudad con 130.000 soldados. Los líderes comuneros reclamaron a los parisinos que se echasen a la calle y montasen barricadas, pero sólo acudieron unos 15.000 entre los que había mujeres y niños. Las tropas de McMahon tenían órdenes de acabar con la Comuna al coste que fuese. Durante esos días París ardió por los cuatro costados, los comuneros fueron eliminados o hechos prisioneros, algunos consiguieron escapar a Bélgica y Suiza, pero fueron los menos. Acabar con la Comuna supuso un gran esfuerzo y dejó zonas enteras de París en ruinas. El palacio de las Tullerías fue incendiado y ya no se volvió a reconstruir, el Louvre estuvo a punto de correr la misma suerte, pero las llamas fueron extinguidas por los bomberos. París perdió un monumento, pero ganó otro. Dos años más tarde el Gobierno encargó la construcción de la basílica del Sagrado Corazón en Montmartre para “expiar los crímenes de la Comuna” entre los que se encontraban el asesinato del arzobispo de París. La de la Comuna fue la última de las revoluciones francesas, un ciclo que había dado comienzo ocho décadas antes en el mismo París. Se convertiría en un símbolo para los socialistas y en una advertencia para quienes no lo eran. Ha pasado más de siglo y medio desde que fue sofocada, pero tanto en Francia como en el extranjero sigue siendo objeto de acalorados debates. En El ContraSello: 01:10:04 - La religión en la historia 01:16:41- La enseñanza de historia en Bolivia 01:22:54 - ¿Hitler consiguió huir del búnker? Bibliografía: - "La historia de la Comuna de París de 1871" de Prosper-Olivier Lissagaray - https://amzn.to/4cacduA - "La Comuna de París" de Roberto Ceamanos - https://amzn.to/4e95Edv - "Masacre" de John Merriman - https://amzn.to/3yQx7Ay - "La Comuna de París" de Edmond de Goncourt - https://amzn.to/3RghHf3 · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución Francesa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria ...
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