El desafío que te propongo, es que a partir de hoy comiences a “mirar hacia adentro”, hacia tu interior y comenzar a aprender nuevas maneras de entender nuestro lenguaje, la forma como te comunicas y tus emociones.

Cuando hablo de “enemigos” del aprendizaje, me refiero a todo eso que no nos permite o no te permite obtener o modificar habilidades y te puede ocurrir en diferentes ámbitos de la vida: familiar, laboral, relaciones interpersonales, incluso en nuestra relación con nosotros mismos en tu relación con vos mismo.

¡Esos enemigos pueden ser muy variados!

A veces son nuestras creencias la que nos limitan,

por ejemplo:

● Pensar que sos incapaces de hacer o aprender algo nuevo.

● Que otra persona no es capaz de enseñarnos algo porque creemos que sabe menos.

● Hacer, o emprender algo nuevo y creer que si te equivocas vas a hacer el ridículo

Te propongo un Juego o un ejercicio.

Cerra los ojos por unos minuto e imagínate la foto de Un Caballo, que está en buenas condiciones, quieto, manso y tranquilo, atado a una silla de plástico. SI queres pone pausa el audio mientras te imaginas la escena. A ver lo primero que a mí se me viene a la mente al imaginarme esa imagen puede ser que ¿Será ciego el caballo? ¿Está amarrado tan solo a una silla de plástico y permite que eso lo detenga?

Pero, y si esa silla fuera de metal, podría huir llevándola a la rastra ¡Si hasta tiene fuerza para tirar de un carro completo por días !,

A ver, estas preguntas son muy lógicas, pero déjeme responder por el caballo:

El caballo es fuerte, trabajador y sabe relinchar como todos los caballos, pero tiene un gran problema: de tantos latigazos que ha recibido para que aprenda a obedecer, ya no se percata de las ocasiones que tiene para ser libre, porque su atención completa se ha centrado en la soga con la cual está atado. Está preso de las circunstancias.

Allí donde lo dejan, allí se queda hasta que se le indique lo contrario.

Marcelo que tiene que ver el caballo en todo esto?

Bueno, estamos conversando y filosofando sobre nuestros enemigos del aprendizaje y creo que amerita esta comparación

Es que a veces veo a personas que me recuerdan al caballo que imaginamos en la foto. Veo que tienen todo para escapar y correr libres, sin ataduras, pero más que su cuello, tienen su mente amarrada a una silla plástica.

Y existen desde mi juicio numerosos tipos de sogas. A muchos le han puesto la soga del “para triunfar hay que tener dinero” ¡Falso! Para triunfar hay que tener aspiraciones, y estas deben ser claras. Y hay que tener una fe que supere el tamaño de los fracasos. A otros le vi la soga del “en esta familia todos siguieron este oficio”. Los felicité por el respeto a las tradiciones familiares, pero les recordé que algunos nacen para algo distinto que lo que hicieron sus predecesores.

Mirá, Hay caballos de carga, de carrera, de exhibición y, también, salvajes.

Me encontré muchos que tenían la soga del “yo no sé hacer nada”, pero con el tiempo pude ver que esa era la excusa más común para los que aesconcen la falta de motivación y decisión.

Hubo uno que, con espíritu docente, presumía diciendo: “Esta soga por lo menos me asegura el agua y el pasto”, pero, aun así, a la legua, se veía a ese pobre «caballo» y sus «potrillos» mal alimentados.

Para ser sincero, los que más pena me generaron fueron algunos «caballos» ya viejos que me decían: “estamos esperando nuestra oportunidad”. Al final, lo más lejos que llegaron fue al cementerio, donde fueron enterrados con la soga que supieron llevar hasta sus últimos días.

¿Identificas cuáles son los enemigos o las “sogas” que te limitan hoy? ¿En qué ámbitos de tu vida se dan?

Luis César Caballero

Lucha por ser lo que quieres ser. Espero alguna vez encontrarte y preguntarte por esa silla que arrastras y que me digas: Un día me abrieron los ojos y me di cuenta que la silla y la soga ya no me podían impedir buscar mi horizonte. Y aquí estoy, aún con la silla a cuestas, pero donde quiero y debo estar.