• REFLEXIÓN DEL DÍA | Interceder por los Demás - Smaily Rosario

  • Aug 15 2024
  • Length: 5 mins
  • Podcast

REFLEXIÓN DEL DÍA | Interceder por los Demás - Smaily Rosario

  • Summary

  • REFLEXIÓN DEL DÍA
    «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos» (Efesios 6:18).
    El aspecto más noble de la oración es la intercesión, ya que nos permite ocupar el lugar de otros y mediar ante Dios por sus necesidades; manifestando así el amor que ha sido derramado en nuestros corazones. Sin embargo, hay quienes ponen requisitos para interceder por otros; de hecho, he escuchado personas decir: «No voy a orar hasta que no me digan todos los detalles de la petición». Lo cierto es que en la viña del Señor encontramos diferentes tipos de creyentes:
    1. Personas que son muy reservadas, al punto de que no quieren dar a conocer sus necesidades ni aspectos de su vida personal.
    2. Personas que son tan abiertas, que ponen de conocimiento público hasta los secretos familiares, a través de un motivo de oración.
    3. Personas que dan ciertos tipos de peticiones generales que no comunican nada; es decir, sin un propósito específico. Tal es el ejemplo de alguien que dice: «Yo quiero que oren por la ciudad», pero no menciona ningún tipo de necesidad o problemática por la que se tenga que pedir.
    Por un lado, en Santiago 4:3 se indica que hay maneras correctas e incorrectas para pedir, pues nos dice: «Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites». En ese sentido, hay ocasiones donde es necesario saber el motivo de una petición, pues pudiera ser una oportunidad para instruir a hermanos que piden mal. Por ejemplo, un día un hombre le pidió a una hermana que lo apoyara en oración, cuando ella le preguntó sobre cuál era su petición, él simplemente respondió: «Por favor, ora para que mi mujer deje a su esposo, y podamos vivir juntos». Esta era una petición para destruir a un matrimonio; algo totalmente contrario a la palabra de Dios.
    Sin embargo, no en todos los casos necesitamos saber los detalles de una petición, y aquí tenemos varios ejemplos:
    1. Hay una hermana que se siente mal de salud por la costumbre de las mujeres ¿Tiene ella que detallar delante de todos que tiene esa situación?
    2. Un hermano pide oración para que Dios le de sabiduría a su familia y puedan tomar una decisión muy importante ¿Tenemos que saber exactamente lo que se está conversando en dicha familia?
    3. Una hermana que pide por provisión para su hogar ¿Debe dar detalles de todas las precariedades que hay en su casa?
    Por otro lado, hay casos donde las necesidades son evidentes. El apóstol Pablo, al finalizar su primera carta a los Tesalonicenses, simplemente dijo en 5:25 «Hermanos, orad por nosotros», y en 1 Samuel 1:15-17 encontramos un ejemplo concluyente:
    «Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho».
    Realmente, nuestra labor de intercesores no debe ser obstaculizada por ciertos requisitos, pues al fin y al cabo oramos a Aquel que sí lo sabe todo, y simplemente le pedimos que se haga Su voluntad.


    PIENSA EN ESTO
    ¿Cuáles requisitos pones para orar por otras personas?

    RECUERDA ESTO
    «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;» (1 Timoteo 2:1).

    _Smaily Rosario_
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