Devocionales Bíblicos Jesus Is Life  Por  arte de portada

Devocionales Bíblicos Jesus Is Life

De: Jesus Is Life
  • Resumen

  • Breve estudio de la Biblia, capítulo a capítulo a través de los devocionales diarios.
    Jesus Is Life
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Episodios
  • INSTRUMENTOS PARA LA GLORIA DE DIOS.
    Jul 25 2024

    INSTRUMENTOS PARA LA GLORIA DE DIOS.
    ROMANOS 6:12 No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos. 13 No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios. 14 El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios. NTV.
    Desde el momento que el pecado ingresó a este mundo, ha tomado el control de la vida de todos los hombres, y los ha hecho sus esclavos. Por eso toda la humanidad lo obedece y cumplen con cada uno de sus caprichos. Esta obediencia al pecado, separa al hombre más y más de su Creador, porque la voluntad del pecado se contrapone a la voluntad de Dios para la vida de todas sus criaturas. Dios en su amor y misericordia por sus criaturas, le proveyó de un Libertador para que les libere de la esclavitud del pecado. Esta liberación del poder del pecado se hizo posible gracias al sacrificio de Jesucristo en el madero. Ahora toda la humanidad puede encontrar la libertad, pero obtener esa libertad primero tiene que aceptar el sacrificio realizado por el Unigénito Hijo de Dios. Una vez que las personas alcanzan la redención, son revestidos con el poder de Jesucristo para que puedan resistir al control que quiera ejercer el pecado en sus vidas.
    Cuando una persona acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, el pecado no abandona al redimido, sino que permanece muy cerca para tratar de esclavizarlo nuevamente y tenerlo bajo sus dominios. Para tratar de cumplir con este propósito, el pecado le presenta toda clase de placeres que ofrece este mundo, para ver si alguno de ellos le hace caer nuevamente en sus redes y así mantenerle bajo su esclavitud. Ante este control que quiera ejercer nuevamente el pecado en la vida de los hijos de Dios, los redimidos por la preciosa sangre de Jesucristo tienen que ser fuertes, y no dejarse atraer de ninguno de los placeres que ofrece el pecado, tampoco deben permitir que alguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir de alguna manera al pecado. Pues si se deja atraer de alguno de los placeres de este mundo, nuevamente el pecado tomara el control absoluto de la vida del redimido y lo mantendrá bajo su esclavitud para que sea condenado en el final de los tiempos conjuntamente con todas las personas que están bajo la esclavitud del pecado.
    Por nada del mundo, el creyente debe permitir que el pecado nuevamente tome el control de su vida, ni mucho menos ser utilizado por el pecado como armas o instrumentos de iniquidad para hacer tropezar a otros creyentes, en su lugar, los creyentes deben permitir que Dios gobierne totalmente su vida, ya que su vida le pertenece a Él, por haberles rescatado del dominio del pecado. Porque antes de ser liberados, estaban muertos no físicamente sino espiritualmente, pero ahora tienen una vida nueva en Cristo Jesús. Loa creyentes deben usar todo su cuerpo como un instrumento para honrar y glorificar el santo nombre de Dios. Además, deben compartir el evangelio de la salvación con todas las personas de su alrededor. Al vivir de esta manera como a Dios le encanta, el creyente no permitirá que el pecado tome nuevamente el control de su vida, ya que su vida estará bajo el control de Dios y vivirá eternamente bajo la libertad de la gracia del único Dios verdadero, el único sabio Dios que da salvación y vida eterna a todos los que acepten el sacrificio que su amado Hijo Cristo Jesus realizo en la cruz del calvario, por amor a toda la humanidad.
    Queridos hermanos. Ahora que hemos alcanzado la redención y la vida eterna en el reino de los cielos, por nada del mundo debemos permitir que el pecado nuevamente tome el control de nuestras vidas, y menos aún que trate de utilizar nuestro cuerpo como un instrumento de iniquidad a su servicio.

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  • RECONCILIADOS CON DIOS
    Jul 23 2024

    RECONCILIADOS CON DIOS
    ROMANOS 5:7 Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena. 8 Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. 9 Y, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios. 10 Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo. 11 Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios. NTV.
    Para el común de los hombres, su vida le es de gran valor, por eso, un gran número de hombres, anhela vivir por toda la eternidad en este mundo, disfrutando de los placeres que le ofrece. Por este anhelo de vivir eternamente, no se le pasa por la mente entregar su preciosa vida por una persona malvada e indigna. Por ejemplo, no moriría por un asesino, un ladrón, un estafador, un adicto, un adúltero o un gángster. Incluso le costaría mucho entregar su preciosa vida por una persona justa, honrada, honorable y fiable, pero no especialmente cálido. Es posible que en un caso extremo estuviese dispuesto a morir por un hombre extremadamente bueno, que haya hecho algo de gran valor por su vida, por su familia o por la sociedad humana. Por alguien con quien se haya encariñado o lo ame profundamente. Pero en contraste a los hombres, Dios amó profundamente a la humanidad malvada y pecadora, por eso ofreció a Su amado Hijo Cristo Jesús para que entregara Su preciosa vida en el madero por ellos. Este acto de amor divino fue singular y sin paralelo en nada que hubiese existido en la experiencia humana.
    La justificación divina a los pecados de los hombres por medio del sacrificio de Jesucristo, es una realidad presente que no solamente proporciona las inapreciables bendiciones de la paz, el gozo y la esperanza aún en medio del sufrimiento, sino que sus efectos se extienden al futuro. Debido a sus múltiples pecados, el hombre es declarado enemigo de Dios y sentenciado a una eternidad de sufrimiento, pero pese a esa enemistad, Dios mostró su inmensa misericordia y solucionó este conflicto de enemistad con el hombre, por eso envió a Su amado Hijo a este mundo para reconciliar al pecador con Él. Gracias a la obra redentora de Jesucristo, toda persona que acepta esta redención, vuelve a tener vida en Cristo Jesús y es justificado de absolutamente todos sus pecados. Ahora libre de todo pecado, el hombre redimido tiene paz con Dios y tiene la posibilidad de vivir eternamente en el reino de los cielos.
    Dios envió a Jesucristo a este mundo para que muriera por la humanidad, no porque hayan sido buenos, ni tampoco porque hayan hecho algún mérito, sino porque los amó profundamente y quería que vivan junto a Él eternamente en el reino de los cielos. El amor del Padre celestial por la humanidad, también estuvo en el corazón del Hijo. Este maravilloso y profundo amor le motivó a entregar voluntariamente su preciosa vida en el madero y así toda la humanidad pueda alcanzar la reconciliación con Su amoroso Padre Celestial. Este amor por la humanidad perversa y pecadora, no solo quedó en eso, sino que también hizo que el Señor enviara al Espíritu Santo para que viva en el interior de cada redimido y lo guiara cada día en el camino de la salvación y la vida eterna. Gracias al inmenso amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el redimido puede vivir alegre porque ya no es enemigo de Dios santo, sino que ahora disfruta de una íntima amistad con su bendito Creador.
    Queridos hermanos. Dios es un ser santo, razón por la cual no se asocia con el pecado. Todos los seres humanos son pecadores y por lo tanto están enemistados con Dios y separados de su gloria. Además, cada pecado merece un justo castigo.

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  • JUSTIFICACIÓN SOLO POR FE
    Jul 22 2024

    JUSTIFICACIÓN SOLO POR FE
    ROMANOS 4:20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. 21 Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete. 22 Y, debido a su fe, Dios lo consideró justo. 23 Y el hecho de que Dios lo considerara justo no fue sólo para beneficio de Abraham, sino que quedó escrito 24 también para nuestro beneficio, porque nos asegura que Dios nos considerará justos a nosotros también si creemos en él, quien levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor. 25 Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y resucitado para hacernos justos a los ojos de Dios. NTV.
    Toda persona que lee o estudia las Sagradas Escrituras, se encuentra con una serie de promesas hechas por el eterno Creador para la humanidad. Pero pese a que leen o estudian esas promesas, no todos los lectores o estudiosos de las Escrituras creen que Dios va cumplir con esas promesas en sus vidas. En el corazón de los hombres siempre existe la duda de que Dios cumpla con sus promesas. Estas dudas en cuanto al cumplimiento de las promesas de Dios, no solo son de las personas inconversas, sino también de las personas que tienen años y años de haber aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. En contraste a un gran número de personas inconversas y creyentes, Abraham no dudó en las promesas que le hizo Dios. El patriarca de la nación hebrea, creyó fervientemente en las palabras de su Dios y esperó el cumplimiento de esas promesas, teniendo la plena seguridad de que en cualquier momento, Dios cumpliría con cada una de sus promesas para su vida.
    En su espera del cumplimiento de las promesas de Dios, Abraham nunca vaciló, sino que permaneció firme en su fe en Dios y el cumplimiento de sus promesas. La vida del patriarca estuvo marcada con errores, pecados y fallas, así como con sabiduría y bondad, pero siempre confió en Dios. La vida de Abraham es un ejemplo de fe en acción. Si hubiera puesto los ojos en sus recursos para sojuzgar Canaán y fundar una nación tal como Dios le había prometido, hubiera caído en la desesperación y nunca hubiese recibido las promesas de Dios. Pero Abraham al no ver el cumplimiento de las promesas de Dios de manera inmediata, no se desesperó, más bien puso sus ojos en Dios, le obedeció y esperó a que Él cumpliera su palabra a Su debido tiempo.
    Gracias a su confianza férrea en Dios y sus promesas, el patriarca de la nación hebrea fue declarado justo ante los ojos de Dios, pero esta bendición no quedaba restringida únicamente al patriarca. Esta misma manera de recibir la justicia y con ella la vida eterna funciona para todas las personas que aceptan a Jesucristo como Su Señor y Salvador. La razón por la que esta justicia les puede ser acreditada a todo aquel que acepta al Unigénito Hijo de Dios, está en que el objeto apropiado de la fe del creyente es Aquel que levantó de los muertos a Jesús, su salvador y redentor. Para que la humanidad pecadora alcance la justicia de Dios, Cristo fue entregado en manos de hombres pecadores por las trasgresiones de toda la humanidad, debido a que habían pecado y merecían la muerte. Sin embargo, en vez de exigir la aniquilación de toda la humanidad, Dios envió a su Hijo Jesucristo a la tierra para que llevara la vida perfecta que la humanidad no podía vivir y sufriera la muerte que debería haber sufrido la humanidad. Con su vida de perfecta santidad, obtuvo la justicia para toda la humanidad y con su muerte en el madero pagó por sus pecados. En Cristo, Dios ve ahora a todos los que aceptan a Su amado Hijo como justos; en Cristo todos los redimidos son justificados absolutamente de todos sus pecados pasados, presentes y futuros.
    Queridos hermanos. Cuando las personas aceptan a Cristo en su corazón, ocurre un cambio interno. Los nuevos redimidos entregan a Jesucristo sus pecados y Él les otorga Su justicia, y la absolución de todos sus pecados. No hay nada en el mundo que las personas puedan hacer para ganarse la justicia divina.

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