Episodios

  • Serrat, Cantor mediterráneo
    Jun 16 2024
    Serrat es de todos, por eso escribir sobre él, resulta de una osadía tremenda. Serrat es inabarcable. Hace poco recibió el Premio Princesa de Asturias. Se suma a una cincuentena de reconocimientos por todo el mundo. Este poeta, trovador infatigable ha recorrido tantos caminos, ha cantado, tanto que resumir su obra es otra osadía. Y si encima le respetas, te sabes sus canciones y le has entrevistado en alguna ocasión, cuesta. El apellido Serrat sincretiza las emociones, los versos, los momentos, las palabras grabadas incluso en joyas familiares. Sí, es nuestra banda sonora y su vida también es la vida de este país que se llama España. Joan Manuel nace en el seno de una familia obrera en 1943 de padre catalán y anarquista y madre aragonesa, de Belchite. Joan espumó en el Poble Sec pero recuerda pasear entre ruinas para ir a por el pan cuando visitaban el pueblo de Ángeles Teresa en verano. Ese pueblo arrasado tantas veces donde, dicen, aún flotan los fantasmas. La destrucción de la posguerra marcó la niñez de un Serrat que amaba las coplas de la madre, que soñaba con ser alguien para comprar un coche grande. Para eso estudió minería e ingeniería agrícola. El niño-joven del Poble Sec vivía en 40 metros cuadrados que compartía con 15 miembros de la familia. Eran tiempos de ayudarse, de solidaridad y amor. De los canturreos con Teresa pasó a la guitarra. En sus tiempos de universidad ya hizo una aparición en Radio Barcelona y pronto llega el primer disco. Se le conoce como uno de los pioneros de la Nova Cançó y forma parte de Els Setze Jutges. Sus primeras canciones defienden el catalán en un tiempo de dictadura. De aquella época son Matinada y Paraules de amor. En 1968 decide cantar también en español. A pesar de las críticas, siguió adelante. Era su otra lengua materna y no había más que hablar. Se tituló La paloma, cantó el famoso poema de Alberti, musicalizado por Carlos Gustavino. De este álbum es Tu nombre me sabe a hierba y Titiritero, con arreglos de Juan Carlos Calderón. Son años donde un guapetón Serrat aparece en las portadas de las revistas y en películas de la época. Quizá, destacable Mi profesora particular por el guión de Juan Marsé y Jaime Gil de Biedma. Luego llegó Eurovisión. Cuando ya estaban montadas todas las promos del Lá, Lá, Lá, compuesta por el Dúo Dinámico, decide que si no canta en catalán, no participará representando a España. Se dice que esto formaba parte de una maniobra publicitaria para no perder a su mercado catalanista. Sea como fuere, allá que fue Massiel y ganó. En 1969 llega Penélope, compuesta en colaboración con Augusto Algueró que triunfó en el Festival Internacional de la canción de Rio de Janeiro y le abrió para siempre las puertas de Latinoamérica para siempre. Ese mismo año nace su hijo Queco y se publica el grandioso álbum dedicado a Machado. El mercado hispano también le permite burlar la censura de algunas de sus canciones de Mi niñez (1970) que se publicarán sin los cambios de los censores. Ese año varios artistas se encierran en el Monasterio de Montserrat por el proceso de Burgos. Poco después llega Mediterráneo. Un álbum histórico de nuestro país. Una auténtica joya de la música que contiene canciones como Aquellas pequeñas cosas. Estuvo durante un año entero en la lista de los 10 discos más vendidos. Serrat siempre ha expresado su oposición al fascismo franquista, lo cual le valió detenciones y multas. En 1975 llegó el procesamiento de once militantes del FRAP y de ETA, cinco fueron fusilados. El artista condenó los hechos desde México. Y allí se tuvo que quedar durante un año porque lo declararon en busca y captura. Durante ese año no compuso, se dedicó a hacer bolos de bajo coste con una camioneta a la que llamaban La gordita. Ella y Violeta Parra fueron sus aliadas. Y Camilo Sesto, que le enviaba dinero para que no pasase mucha falta. A la muerte de Franco regresó sin hacer mucho ruido y retomó su vida. Hace un disco-homenaje al poeta Papasseit. En el 78 se casa con Candela Tiffón y un año después tiene a su primera hija María. Una vez aprobada la Ley de Amnistía se integra de lleno en la sociedad y hace campaña en favor del PSOE En 1981 ve la luz un de los discos más redondos de Serrat “En tránsito”
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  • Paco Rabal, el buen compañero
    Apr 16 2024
    Rabal es Azarías y su Milana bonita. Es el torero Juncal y su gracejo a la antigua. Es el director de cine salido que acosa a las actrices desde su silla de ruedas en Átame Es Goya; es Ginés en Truhanes. Es Jorge en Viridiana, e Hyppolite en Belle de Jour. Más de 200 películas. Más de 20 participaciones en series televisivas. Pero, sobre todo, Paco Rabal era de Águilas. Nunca desaprovechaba ocasión para hacer bandera de su tierra, que abandonó a la edad de seis años. De padre minero y madre molinera, la familia buscó la prosperidad en Madrid. Paco fue un niño-adolescente que ya se ganaba la vida en la capital en oficios sin mucha pompa. Vendiendo golosinas primero y después en una fábrica de bombones. Por la noche se sacaba sus estudios en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo. Como mucha gente sabe, Rabal llegó al cine por la electricidad. Era ayudante de aquello de los cables y demasiado buen mozo para pasar desapercibido: enseguida hizo de extra. Rafael Gil le da sus primeras frases. En el 47 llega su papel protagonista en Sor Intrépida. Ese mismo año se enamora de Asunción Balaguer a quien conoce en la Compañía de Teatro Lope de Vega. Sus grandes valedores para estrenarse en las tablas son Dámaso Alonso, Luis Escobar y José Tamayo. Paco también fue Enrique III, Edipo y Julio César, entre otros muchos papeles. A Paco le costó mucho el oficio de la fidelidad. De hecho, la agencia de contratación que montó la familia Rabal se denominaba “Picaflor”. El actor asumía con naturalidad su defecto. Con la misma naturalidad se marchaba a rodar en inglés: Pero Paco ¿tú sabes inglés? No, pero tengo buena memoria. Buena es quedarse corto. La memoria de Paco siempre fue prodigiosa. Aliada perfecta para trabajar tantas décadas en grandes producciones. La de los 70, quizá, fue la más floja. El actor andaba medio acomplejado por la cicatriz que le dejó un accidente de coche. Él y Emma Penella volvían de alguna fiesta nocturna en un Mercedes. Era el año 1963. Lo primero que dijo cuando se miró al espejo: ¿Y qué voy a hacer ahora si soy actor? Pues lo que hizo fue de la necesidad virtud y ya es imposible imaginarle sin esa enorme cicatriz. El siniestro fue tremendo. Casi muere desangrado. No perdió un brazo gracias a la pericia de un doctor que recomendó Buñuel. Luis y Paco siempre fueron grandes amigos. Al final de su vida escribió poesía y un estupendo libro de memorias. El actor siempre tenía mil anécdotas y chascarrillos que recordar. En un documental les cuenta a sus nietos como llegaba a casa de madrugaba, levantaba a Asunción para que les hiciese un arroz a él y a sus amigos artistas. No contento con eso, levanta a los hijos: “No podían desaprovechar la ocasión de escuchar a personas tan inteligentes. Paco regresó siempre a la cuesta de Cos. Invitó a mucha gente del cine y se empeñó en que sus hijos disfrutasen la costa aguileña. Esos atardeceres, ese olor a mar que marca carácter. En el año 74 organizó la oposición frente a la instalación de una Central Nuclear en Marina de Cope. Lograron que se retirara el proyecto. Rabal siempre fue un hombre de izquierdas y pregonaba a sus hijos y nietos, que lo importante de esta vida es ser respetuoso con los compañeros de trabajo y de la vida. Por eso, quizá, todos lo querían y hasta la gran Asunción Balaguer soportó estoicamente sus correrías. A ella la conocí. A él también. De hecho, en una época sin móviles, tengo una foto con Paco en blanco y negro, que tomó algún compañero de la prensa. Paco era dicharachero, espontáneo, fiestero y un actor serio y riguroso que al final de sus días se convertía en sus personajes. Confiesa en alguna entrevista que vivió como Azarías mucho después que finalizase el rodaje de los Santos Inocentes. Paco, mal marido, grandioso actor, de voz sólida y grave, como el ronroneo de un gato, como el estertor en la madrugada. Murió volviendo a Burdeos donde pasó sus últimos días, quizá emulando a Goya. Acababa de recoger un premio en Montreal.
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  • Mari Trini: una estrella en mi jardín
    Mar 2 2024
    Singular, culta, especial, rompedora, inteligente. Todo eso era Mari Trini, una cantautora de orígenes murcianos que ha triunfado mucho más allá de lo que sus paisanos sospechamos. Cuando llegó al mundo del espectáculo el panorama artístico de nuestro país lo ocupaban las folclóricas y las niñas monas. Faldas cortas y sonrisas Licor del Polo. Ella marcó un antes y un después. Junto con Cecilia, fueron mujeres que dejaron algo más que acordes e imagen. Hoy se ha convertido en un icono gay, incluso a su pesar porque siempre fue muy discreta, porque nunca quiso confesar de qué palo iba ¿Y por qué diablos habría de hacerlo? Sabemos que durante muchos años vivió con ella Claudette, quien fue su secretaria y compañera. Mari Trini nació en Caravaca y según los documentalistas, desciende del escultor e imaginero Salzillo. Su bisabuelo era nada menos que marqués de Peñacerrada e hijo de los marqueses de Beniel. Imagino que a ella esto ni le iba ni le venía. Quizá le proporcionó un entorno de acceso fácil a la cultura. Sin embargo, siempre fue mucho más lejos. Nació con un plus de creatividad y libertad que no se hereda, se cultiva. Si hay algo que marcó la crianza de la artista fue su nefritis crónica que la tuvo en cama desde los 9 a los 14 años. Aunque ya amaba la música. Se dice que a los siete había compuesto su primera canción. Desde su lecho ya se interesaba por la filosofía y leía complicados tratados de Derecho. Nada que ver con el modelo de jovencita de la época. Ella no era esa señorita tranquila y sencilla. Tras su enclaustramiento conoció a Nicholas Ray que le dio alas: foguéate mujer, que esto que vivimos aquí es muy rancio. Mari Trini, con su inglés, se fue a Londres y no de turista precisamente; colaboró en algunos programas de radio y ahí conoció a Paul Mc Cartney, Peter Ustinov, Marlene Dietrich. Allí nuestra cantautora comenzó a conocerse a sí misma y decidió lanzarse sin miedo a la aventura musical. Mari Trini también descubrió por esos años otras pasiones: los coches de carreras, la mecánica y el cine. Mari Trini decidió taparse el escote y salir con faldas largas y negras en televisión. La gente comenzó a inventar que lo mismo es que tenía una pierna ortopédica. Evidentemente, no, como se demostró más tarde en un reportaje de Interviú, donde aparecía ligera de ropa en el año 1984. No sólo eso, en los 70 se atrevía con letras osadas y reivindicativas: las mujeres debían ser libres, no supeditarse a los deseos y expectativas de los hombres. Eso, en una España donde la esposa necesitaba consentimiento del marido para sacar dinero de la cartilla era todo un atrevimiento. Escribió canciones de triángulo amoroso como Ayúdala, que fue sintonía de una exitosa telenovela en Radio Caracas. Y por supuesto, su Estrella en el jardín. Enigmática como ella misma. Durante los 70 y los 80, la cantante tuvo gran éxito en todo el mercado hispano hablante y también en el francés, pues versionó en esta lengua algunos temas conocidos de Jacques Brel y Aznavour. Al final de sus años invirtió todo su dinero en un disco recopilatorio de grandes éxitos con Los Panchos. La discográfica quebró y el empresario se largó con todo su patrimonio dejándola poco menos que en la ruina. El disco tuvo éxito mientras se distribuyó, que fue durante muy poco tiempo. Son épocas donde no existían las plataformas digitales. Mari Trini, con tantos disgustos, no estuvo muy bien de salud y aunque se le han hecho algunos reconocimientos en España y también en Murcia, quizá falta algo más. Algo que sí le debe esta región. Ya que no pudo dar ese último concierto que estaba preparando. Quizá, un homenaje con otros artistas interpretando sus canciones más famosas sería lo mínimo. Algo que todo el mundo pudiera disfrutar. La artista se fue un 6 de abril de 2009 por una complicación de su cáncer de pulmón. De sus letras, me quedo con esta: “el amor es como tierra que hay que arar y sembrar. Míralo al caer la tarde, que no lo vengan a pisar”.
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  • Pablo Picasso: Minotauro primitivo
    Feb 12 2024
    A Picasso le aterraba la muerte, sin embargo, vivió rodeado de ella y dejó un buen sembrado de cadáveres cuando abandonó este mundo. Uno de sus nietos bebió una botella de lejía y falleció. Su hijo Paulo también murió alcoholizado. Marie Thèrése Walter, la que fuera su amante más joven al inicio de su romance, se suicidó y también lo hizo la última mujer que compartió su vida, Jacqueline Roque. A Picasso le marcó hondamente la muerte de su hermana Conchita, siendo ambos niños. Le sumió en la tristeza el fallecimiento de su amigo del alma, Carlos Casagemas, que se quitó la vida, ante el desdén de Germaine. Esta se emparejaría después con Pablo. Sí, el artista tomó el estudio que ya estaba pagado por Carlos y también a la mujer que amaba el finado. La segunda de las mujeres-modelos importantes en su obra, Eva Govel “ma Jolie”, falleció víctima de un cáncer de pulmón a temprana edad. Pablo nació muerto en Málaga. O eso parecía. El humo de un habano puro le provocó la primera respiración. Rompió a llorar. Desde entonces hizo todo el ruido del que fue capaz. Egocéntrico, quintaesencia de lo español, con un amor imperturbable por lo novedoso, por las mujeres jóvenes y sobre todo por el arte. Por su arte. El único compromiso insobornable de Picasso siempre fue consigo mismo. Su apetito era insaciable. Todo era insuficiciente para él. Para el genio. Mostró la fealdad, el dolor y la barbarie como pocos y supo poner valor a su obra. Pongamos por caso, El Guernica. Este fue un encargo del gobierno de la República que, ya casi exangüe, se rascó el bolsillo. Aquella España que agonizaba le pagó 200.000 francos por la obra. Gracias a que alguien guardó el recibo se pudo traer la inmensa pintura del MOMA de Nueva York. Si no, allá estaría. Su afán en ser el mejor pintor del siglo XX, su competitividad extrema lo llevó a no desfallecer ni dudar ni un segundo de su enorme talento. Sin duda, fue el artista más rompedor desde el Renacimiento. Por el camino dejó esfuerzo, amistades y por supuesto, mujeres. Muchas mujeres. Las que conocemos, las que no. Su rutina diaria incluía el sexo y la pintura. En Pablo, resultaba increíble su fortaleza y vigor hasta bien entrada la senectud. No sólo por su furor en enturbiar y poseer la vida de jóvenes ingenuas, sino también por su gran capacidad de trabajo. El mismo se veía como un minotauro devorando niñas en alguna de sus pinturas. La pasión creadora y la pasión del sexo nacen de la misma raíz, explican los hindús. Picasso es el claro ejemplo. Un polvo, un arlequín. O una dama de Avignon. O la infinidad casi incontable de retratos a sus amantes, mujeres e hijos. La precocidad de Picasso le llevó muy joven a la exposición internacional de Paris con la obra de carácter clásico “La Comunión”. Pasó desapercibido. Regresó a la ciudad de la luz y se estableció como pudo. Ambroise Vollard le pagaba 150 francos al mes por toda la obra que fuera capaz de producir en ese tiempo. Fue importante en su consolidación como artista, Gertrude Stain. De su primera época es conocida la gran amistad con Apollinaire y cómo su secretario robó unos bustos ibéricos del Louvre que, misteriosamente, aparecieron en su casa. También estuvo en el punto de mira cuando, por aquella época, desapareció La Gioconda. Unas máscaras africanas le inspiraron para Las señoritas de Avignon. Un cuadro mítico que, de entrada, espantó a todo el mundo. Quería ser Matisse y no había forma. La reputación y el caché de Picasso subieron por las nubes cuando su cuadro de la etapa rosa “Familia de acróbatas”, se vendió por 12.000 francos. Tenía 32 años. Por aquel entonces conoció a Olga, su primera esposa, bailarina del ballet ruso. Picasso acabó hastiado de las aspiraciones aristocráticas de la mujer: “no soy un caballero”. Se quitó la pajarita para siempre. Después de Olga, vino la adolescente Marie Thèrése a quien mantuvo en clandestinidad durante siete años, hasta que dio a luz a su hija Maya. Entretanto apareció Dora Maar: hermosa, intelectual. Fotografió los bocetos del Guernica. También se cansó de ella. Apareció la muy sofisticada Françoise Gilot, también artista. La única con valor de abandonar al muy enfurecido Pablo. Quizá la única que tuvo una vida después del genio. Ha fallecido este verano de 2023. El legado de Picasso es y será infinito.
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  • PEPA FLORES: matar a Marisol
    Jan 27 2024
    Vive ya muchos años retirada del mundo. En un momento de su vida tuvo la lucidez y la valentía de escapar de las garras de un señor que era su dueño. Sí. Lo ponía un papel. Tenía un contrato a perpetuidad que firmaron sus padres, cuando Pepa Flores cumplió los 11 años. Su captor, Manuel Goyanes, la descubrió en un programa de talentos presentado por Tico Medina. Ella aparecía en un conjunto de coros y danzas. Goyanes, con indudable olfato, le tiñó el cabello, le aplastó los pechos y le cambió el nombre. Nada de Pepa. La convirtió en Marisol. Y esa niñita pizpireta y salerosa es la culpable de que tantas mujeres que nacieron en los 60 y 70 se llamen así. Pepa recuerda su infancia como muy desgraciada. Antes de la fama, la familia habitaba en un corralón malagueño junto con 50 familias más. Había dos letrinas para todos. El hogar era una habitación. Una vez en Madrid, pasó a ser parte de la familia Goyanes. Vivía como una niña adoptada. Sólo que Pepa no era huérfana. Los padres habitaban en una pensión humilde. Cuando la madre de Pepa la visitaba, entraba por la puerta del servicio y comía con el servicio. No con su hija. En aquella época, la niña Marisol se pasaba el día en clases de canto, de baile, de dicción. Haciendo sesiones de fotos y todas las promociones habidas y por haber. 1 película al año, 50 aviones al año. En unos especiales que publicó la revista Interviú en el año 1976 confesó haber sufrido abusos sexuales por parte de un fotógrafo. Goyanes lo sabía y lo dejó estar. También la llevaban junto con otras niñas de su edad, adolescentes en su mayoría, para pasear ligeras de ropa o semi desnudas en un local que había cerca de Las Ventas, lleno de señores mayores del régimen ¿A quién le puede hacer feliz algo así? Como otras niñas prodigio de la época trabajó a destajo. Luis Lucia la dirigió en hasta en cinco películas. Tenía tal estrés que le salió una úlcera de estómago y estaba. Tan abducida estaba que hasta se casó con el hijo de su mánager. Cuenta Lolita que, una de las pocas alegrías de Pepa, era poder bajar a su casa (vivían en el mismo edificio de María de Molina) para hacer cosas propias de su edad. Luego llegó Cabriola, dirigida nada menos que por Mel Ferrer, y un éxito y promoción internacional fuera de lo común. La niña Marisol se hizo popular desde los Estados Unidos hasta Japón. Sin mencionar todos los países de habla hispana que ya la conocían. Fue una artista internacional. Más incluso que Sara Montiel. Llegó a grabar una canción en el idioma del país nipón. Ahí entabló amistad con la misma Audrey Hepburn. Hubo alguien que la ayudó a romper ese contrato y Marisol se acabó. Pepa vivió intensamente y tuvo varios novios, entre ellos se cuenta que Joan Manuel Serrat. También se cuenta que Tu nombre me sabe a hierba se la inspiró ella. Apareció Antonio Gades y se enamoraron al instante. Pepa lo dejó todo para dedicarse a su vida personal. Los casó Fidel Castro en Cuba, pero aquello no tuvo un final feliz. Gades, un revolucionario del baile flamenco, tenía gran pasión también por las mujeres y, tras mucho darle vueltas, reconoció que tenía un affaire con una niña millonaria de Suiza. Una portada en no sé qué revista de la época acabó con su mentira. Pepa, con sus hijas y sus convicciones políticas y personales echó adelante. A sus 33 años ya sabía muy bien lo que quería y, sobre todo, lo que detestaba. Quizá ese valor le salvó la vida y la salud mental y física. Cuántos niños prodigio han muerto jóvenes. Pepa no está en las redes sociales, no la vemos en ningún sarao, ni siquiera fue a recoger su Goya Honorífico. Sólo salió a cantar una coplilla, en la presentación del disco de su hija Tamara. Pepa mató a Marisol por suerte para ella.
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  • PRO-FILES. Freddie Mercury, Prima Donna en bigote
    Dec 17 2023
    Freddie Mercury fue un artista único, completamente original. Un intérprete ecléctico, vibrante de talento increíble que ya de niño era capaz de reproducir al piano lo que escuchaba por la radio. Su enorme confianza en sí mismo, a pesar su dentadura, le hicieron sentir siempre la estrella que era. No había dudas. Freddie o Farrokh —su nombre original, que significa afortunado— amaba el arte, la extravagancia y los excesos. Farrokh nació en Zanzíbar, su padre trabajaba allí para la administración británica. Cuando el país se independiza, los Bulsara tienen seis meses para salir de casa. Así, un joven de origen hindú, perteneciente a la casta Farsi, llega a Londres. Hubo algo que siempre estuvo con él: la música. En el internado hindú lideraba un grupo de cantores. Hacian esos juegos de voces que resuenan en los grandes temas de Queen. En el internado un profesor abusó de él. Le llamaban Boqui. Harto de las confusiones con su nombre, se cambió el Farrokh por Freddie. Freddie era artista y arte estudió. Su tesis versó sobre Jimi Hendrix. Cargaba maletas en Heathrow, trabajaba de camarero y vendía ropa usada en el mercado de Kensington. Es por aquella época cuando conoce a David Bowie. Mantendrán su amistad de por vida. Después tiene un primer encuentro con Tim Staffell, por entonces guitarrista del grupo Smile, que más tarde será Queen. Staffell deja la banda y Freddie irrumpe como un huracán. Lo cambiará todo para siempre. Creó el famoso logo de los rockeros, con el signo zodiacal de todos sus integrantes y un ave fénix que los ampara. El vestuario singular y las frikadas de uno de los mejores intérpretes del siglo XX, convirtieron a Queen en líderes de los conciertos en vivo. Su éxito fue difícil de gestionar en algún momento de sus vidas. El propio Mercury reconocería que actuaban como hombres de negocios y ya no tanto como artistas. Para alguien que se tomaba tan en serio su trabajo, que era tan meticuloso, el nivel de presión resultaba algo insoportable. Hacer giras ya no era divertido. Los últimos años, afectado ya por el SIDA, redujo su círculo de amigos a algo muy estricto y cerrado. Antes eras famosas sus fiestas. Para la promoción de un álbum de Queen, montaron una donde había por este orden y según se entraba: enanos hermafroditas con bandejas de coca atadas a la cabeza, camareros desnudos, modelos luchando en piscinas rebosantes de hígados de cerdo. Un degollador de pollo profesional, servicio de felaciones gratuito, encantadores de serpientes, tragafuegos, strípers trans, mujeres que fumaban por la vagina, contorsionistas. Se gastaron más en la fiesta que en la producción del disco. Así era Queen y su bigotuda reina gloriosa. Incluso Lady Di se refugió en Freddie una temporada y acudía a las fiestas escondida tras gafas de sol y pelucones imposibles. Queen triunfaba en todo el mundo. Freddie también en su carrera solista: grabó cuatro temas con Michael Jackson, una experiencia nefasta. Compuso para Metrópolis de Fritz Lang (Love Kills). Cumplió su sueño de actuar con el Royal Ballet. Por supuesto, imprescindible ese Under Pressure con David Bowie. Luego vino lo de Caballé y Barcelona. Los famosos 20 minutos en el Estadio Wembley unieron a la banda, que andaba algo dispersa y molesta. Esta vez fue para siempre. El famoso biopic miente en algunos aspectos. La actuación de Live Aid fue en el 85 y a Mercury no le diagnostican SIDA hasta dos años después. Inexactitudes innecesarias. El diagnóstico mortal le ayudó a preparar su marcha con todo lujo de detalles. Compuso nuevos temas, actuó, dejó grabada su voz para el álbum Innuendo. Con un deterioro físico evidente, grabó los video clips. Sus últimos días los vivió acompañado de sus cinco gatos y su novio, que trabajaba como jardinero para no hacer pública su relación. Tras su muerte, legó gran parte de su fortuna y viviendas a la que fuera su “esposa” Mary Austin. El destino de sus cenizas se desconoce. Mercury temía que fuesen profanadas por los fans. La religión profesada por los padres, el Zoroastrismo, acabó con muchas de sus posesiones materiales, fueron, sencillamente, destruidas. De milagro quedó una colección de sellos y el éxito sin parangón de Queen, incluso por delante de los Beatles. Su Grearest Hits sigue siendo el disco más vendido en Reino Unido. La reputación de Freddie creció tras su muerte. Hay un asteroide con su nombre y queda la Mercury Phoenix Trust, que apoya económicamente a los enfermos de SIDA.
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  • Concha Velasco: Pasión inagotable
    Oct 30 2023
    Pasión inagotable Hay personas destinadas a permanecer en el imaginario colectivo de un país. Es el caso de Concha Velasco. Una mujer que siempre ha estado ahí: en la pantalla, en los escenarios, en la tele. Con una sonrisa incombustible y una juventud interior que la ha acompañado siempre. Tenemos a la Concha de Las chicas de la Cruz Roja, junto al gran Tony Leblanc. A la chica ye-yé; un papel asociado a la canción que tarareamos de memoria y que en los 90 volvió a grabar. Hizo de esposa y madre en las comedias de los 60 con Landa y López Vázquez. Trabajó con los Ozores. De hecho, asegura que gracias a ellos vio salir agua de un grifo, “incluso caliente”. Eran los grandes empresarios del show bussines español Concha también ha sido presentadora sobresaliente en programas como Encantada de la vida o Sorpresa, sorpresa. Y ha protagonizado series donde todavía sobrecogen sus actuaciones como aquella Santa Teresa de Jesús. Y el teatro. Cómo no. Siempre el teatro. Su gran pasión, en el que se ha dejado muchas horas, esfuerzo y todo el dinero que ha ganado. También podemos tararear de memoria Mamá, quiero ser artista, aunque no hayamos visto la obra en directo. Concha Velasco ha gozado siempre de una enorme popularidad y éxito. Es una persona locuaz y encantadora, aunque a veces se confiesa un poquito insoportable porque es excesivamente perfeccionista y disciplinada. Ese afán de perfección la lleva a ir siempre maquillada, aunque no salga de casa. A ponerse un pijama bonito para dormir. La actriz es tan cercana y tan natural que se desnuda en las entrevistas “Soy la que mejor hace las escenas de amor porque me las creo ¿Has visto lo bien que me acuesto con todos?” Concha tuvo una madre profesora y republicana y un padre militar y franquista. Así son las cosas. Muy pronto vivió en Madrid y compaginó sus estudios de danza española y clásica con trabajos de bailarina. Pertenece a esa generación de la posguerra donde se comía lo justo y había que trabajar en casa para ayudar a la economía familiar. La generación de nuestros padres. Uno de sus primeros compañeros de profesión fue José Sacristán con el que ha compartido hasta la cama. Eran prácticamente dos niños. Sacristán actuaba a cambio de dos pesetas y una botella de agua. Ambos sueñan con repetir “Yo me bajo en la próxima ¿Y usted?” que también fue llevada al cine. Tuvo relaciones importantes. El productor José Luis Saénz de Heredia fue el primero. Un hombre casado. Juan Diego figura entre sus amoríos y luego llegó el padre de uno de sus hijos, el director de fotografía Fernando Arribas. Hizo algo arriesgado en aquel momento: decidió ser madre soltera. Ella misma asegura que estuvo muy enamorada de Manolo Escobar. Después llegaría Paco Marsó. Su gran y terrible amor. Son lamentables algunos programas donde él destripa sus malos ratos y la pone a caer de un guindo. Algo que ella no hizo jamás. Todo son buenas palabras para su ex, con el que compartió su pasión por el teatro y exitosos proyectos como Carmen, Carmen. Verla en una residencia de ancianos o pachucha como está en un hospital se nos antoja imposible porque Concha Velasco es esa mujer de largas piernas que trabajó como vicetiple con la gran Celia Gámez. Es la que se quedó en pelota picada en París-Tombuctú, con los cincuenta cumplidos, porque quería rodar con Berlanga. Una mujer estupenda a la que nunca se la ha visto flaquear. ”Si tengo un mal día, no salgo”. Concha superlativa, súper ocupada; con tantos trabajos y apariciones públicas en los medios que se pierde la cuenta. Dicen que se rompió de amor con Marsó. Que le fue infiel con el juego y con otras mujeres. Que anduvo deprimida. En 2019 saldó deudas con Hacienda y vendió su casa. En 2020 estrenó La habitación de María. Su último trabajo escrito por su hijo. En septiembre de 2021 hizo su última representación. Velasco ha vivido con pasión y le ha puesto el mismo interés a un anuncio de compresas que a La metamorfosis de Ovidio. Una pasión envidiable que habría que embotellar y patentar.
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  • Lorca: la realidad y el mito
    Sep 22 2023
    Este Pro-files dedicado a García Lorca es un regalo para los oídos y para todos los que amamos la música, su música y sus versos. Damos las gracias aquí a todos los que aparecen en el podcast que son muchos, muchos: Las Migas Manzanita Rozalén El maravilloso piano de Andrés Barrios Félix Grande Las voces de las actrices Nuria Espert, Lola Quintanilla, Alejandra Chip Leonard Cohen Silvia Pérez Cruz y Raúl Fernando La voz de Gabriela Ortega Y Ana Belén
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